niñera

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-"Poi tutto sistemato. Puoi controllare gli ultimi dettagli con il mio CEO [...] un piacere."

Cuando Tony termino la llamada su rostro serio se convirtió en uno de fastidio, realmente odiaba las llamadas de trabajo. Hacía su mejor esfuerzo por pasar de ellas y generalmente lo lograba, teniendo un don especial para escapar de los problemas.

Sin embargo molestar a Pepper Potts, su fiel amiga pero sobre todo y mas importante CEO de Stark Industries no es algo que debe hacer si es que no quiere estar atendiendo telefonos todo el día. Con el tiempo, aprendió que aunque Pepper era una perfeccionista en su labor y por ende prefería hacer la mayor parte del trabajo ella misma, no debía jugar con fuego ya que la mujer conocía perfectamente sus puntos débiles y claro que podria aguantar un par de trabajos atrasados o mal hechos con tal de darle una lección.

-Pepper, cariño, es la décima llamada que atiendo hoy. Entiendo que necesitaba una lección, ya la aprendí. Esto está excediendo tus límites. - Se dirigió hacia el sofa del otro lado de la sala donde la pelirroja se encontraba tecleando en su computadora.

-Yo creo que aún no lo haz hecho. -Respondió sin siquiera levantar la vista.

-¡Pero si lo hice! ¿Qué mas tengo que hacer?. Si llego a contestar una llamada más de alguno de esos burócratas que endulzan sus voces cuando contesto el teléfono te juro que voy a morir. -De veras lo odiaba, se tiraría al suelo y rogaría si fuera necesario.

El problema radicaba en que todo ese asunto era demasiado aburrido para el, hablar de negocios, cerrar tratos, perder su tiempo hablando con personas de las cuales no se sabía ni el nombre. No, él prefería estar en la accion. Por eso se la pasaba en el taller, lo cual fue el inicio de la situación actual ya que tenia una leve sospecha de que Pepper no era fan de que su jefe pasara horas encerrado trabajando sin comida o descanso. Pero no todos estan preparados para entender la vida de los genios.

-De acuerdo, has terminado. -Contestó la mujer y por primera vez levantó la mirada de su laptop y la dirigió hacía él.

Repentinamente su rostro se iluminó, no iba a tener que rogar.

-¿De veras? ¡Genial! Gracias, gracias, gracias. No volveré a encerrarme en el taller otra vez.- Respondió contento. -Por mas de 12 horas. -Dijo para si mismo con una pequeña sonrisa y emprendió camino hacía su lugar de trabajo.

-Eso no es todo. -Pepper alzó la voz deteniendolo.

-Dime que no hay otra llamada mas. -Suplicó.

-No, pero no vas a volver al taller por un periodo de tiempo y como se que eres un ser escurridizo he conseguido a una persona que me ayudará a monitorearte, ya que yo sí debo contestar las llamadas.

Su mejor mueca de indignacion se colocó en su rostro, aún no sabía si era porque lo había llamado escurridizo o porque le había asignado una niñera.

-¿De que estas hablando? Soy Tony Stark, no necesito una niñera. -Se quejó.

-Justamente porque eres Tony Stark necesitas una.

-No quiero a ninguna extraña detrás de mi todo el dia "monitoreandome". -Hizo comillas con sus dedos.

-No es una extraña ni mucho menos, quisiera decir que se conocen perfectamente. Es el sujeto más capacitado para aguantar la intensidad en tu pequeño cuerpo.

-Escurridizo, pequeño. -Ennumeró.- ¿Y luego qué? ¿Chaparrito?

Pepper contuvo una sonrisa. En ese momento el timbre sonó.

-Debe ser él. -Dijo la mujer y se dirigió hacia la puerta dejando a un indignado y fastidiado Tony en medio de la sala.

Entre medio de sus refunfuños pudo distinguir una voz familiar, una voz demasiado familiar y deseó que solo fueran alucinaciones auditivas.

𝐬𝐭𝐨𝐧𝐲 𝐫𝐞𝐜𝐨𝐩𝐢𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora