Nowaki:
Observe atentamente como Hiroki ingresaba a la universidad. No podría seguirlo dentro.
Con cuidado metí la cámara en la funda portátil. Debía ser delicado con ella, cualquier imprevisto podría dañar o rayar el lente del aparato y por lo tanto, arruinar las fotografías. Sabía que hubiera sido mejor traer la cámara desechable iba a ser la mejor opción para su pasatiempo. Podía destruirla fácilmente, llevarse el rollo y no quedarían evidencias. Las desventajas de ese tipo de cámara era lo que le impedía utilizarlas en su objetivo actual: No podría visualizar claramente la silueta y rasgos de Hiroki, ni siquiera tenían zoom. Además de que era una gran molestia comprar una cada vez que comenzaba a acosar como le decían algunos, en definitiva prefería llamarle "recolección de información".
Viendo la hora en mi reloj me di cuenta de que faltaban un par de horas para que la primera clase de Hiroki terminara. Daba tiempo suficiente para ir a casa, subir las fotos a la computadora y volver para verlo en la sala de descanso.
(...)
Todo listo. Las fotos se guardaron en una carpeta cifrada de extremo a extremo, nada saldría ni entraría sin la clave.
Las llaves cayeron, sin querer las patee, terminaron quedando debajo de un mueble. Revise mi reloj de pulsera. El tiempo corría, quedaban unos veinte minutos para que Hiroki saliera de la clase de literatura, esperaba que cargara dos o más libros gruesos como la vez anterior, dejándolo exhausto y con gotas de sudor por todo su cuerpo.
Intente dejar de divagar. No me quedaba tiempo ahora mismo para eso. La última opción era tomar prestada la bicicleta del vecino, ha estado apoyada a su muro por semanas, se nota que quiere que alguien se la lleve. La cadena que tranca con candado la rueda trasera no significa nada.
Me fue fácil abrir el candado con un clip. Mi pasatiempo requería de habilidad y talento para ello, no sería un buen "recolector de información" si no lograba sacar sesenta y dos fotos diarias de Hiroki aunque me tentaba la idea de superarme, y tal vez terminar con ciento veinte o más fotografías.
Definitivamente mi capricho por mudarme a poca distancia de la universidad me dio la ventaja. Llegar casi al mismo tiempo que Hiroki salía de clase era un lujo que podía permitirse. Lo fotografiare cuando esté enojado con sus alumnos, cada una de sus expresiones era tan única, incluso su rostro repleto de ira. Nunca entendí esa manía por apodarlo Demonio Kamijō, un ser tan puro no merecía ese sobrenombre.
Trepe árbol hasta una de las ramas más resistente con la cámara colgando de mi cuello por la cuerda del estuche, y ahora restaba esperar.
Como había previsto abandonó la clase, apurando el paso para finalmente relajarse en la sala de descanso. Inserto una moneda en la máquina expendedora de bebidas y apretó uno de los botones.
Seguramente pediría una lata de té verde. Acertó regocijándose con el conocimiento obtenido, veía la bebida que Hiroki compró, se dio cuenta de que era fría por la franja azul que resaltaba en el envase.
«Algo relajante pero también que aliviara el calor» Pensamientos para nada sanos se me ocurrieron enseguida.
—Eso, Hiroki bebe tranquilamente, ni siquiera te das cuenta de que te observo. Eres tan inocente. —Siempre supe qué ese castaño era un ángel sin alas. Intentaba tener pensamientos puritanos y románticos cuando se trataba de él pero siempre lograba lo contrario. —Desearía que bebieras otra cosa en vez de ese té verde...
-
Hiroki:
«Hora de comenzar el espectáculo, mi querido acosador»
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Junjou Romántica (Historias cortas)
Fanfiction(Fue escrita hace varios años, por lo qué puede tener errores ortográficos, huecos argumentales, etc) Varias historias cortas de las parejas de Junjou Romántica. El tiempo de actualización puede variar; desde un maratón de capítulos, hasta uno cada...