Encuentros destinados

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El ruido de maletas cayendo, captó la atención de Misaki. Él veía equipaje tras equipaje, con diseños de osos que no se disimulaban para nada, deslizándose por las escaleras, y que por suerte caían cerradas, sería un mártir levantar el contenido de éstas si se llegaban a abrir con el impacto.

—Misaki, ¿dónde están tus calcetines?—Misaki inhalo una vez y expulsó el aire, intentando tranquilizarse para evitar subir la voz.

—¿Puedes decirme qué estás haciendo?—Un tic nervioso se presentó en su ojo al ver tanto equipaje en el suelo, debían ser más de diez.

—Está decidido. Nos vamos de viaje.—Al menor se le hizo insoportable ésa actitud, cada poco tiempo surgía el tema de "No quiero terminar los manuscritos, escapemos del país". Intentar convencerlo de realizar su trabajo como escritor... Era exhaustivo. Una pequeña idea pasó por la mente del castaño, «Si cumplo éste capricho, tal vez lo convenza de evitar dejar sus manuscritos a medias por un tiempo».

—Iremos de viaje; con dos condiciones: Primero, yo elegiré el lugar. Y segundo, al volver terminarás todo el trabajo pendiente.—Akihiko quedó satisfecho con sus términos, pero seguramente intentaría hacerlo cambiar de opinión en cuanto a la segunda condición.—Primero debo comunicárselo a Aikawa.—Fue una batalla dura, que casi perdió, contra la de pelo castaño apenas convenciéndola con su plan maestro.

—Compré los pasajes en primera clase, las maletas las llevarán después, empaque todas tus pertenencias. Partimos en media hora, el vuelo saldrá dentro de poco.—Besó la sien del más bajo. Bajó un abrigo del perchero tendiéndoselo a Misaki.—Hace frío afuera, quiero que llegues bien a Nakatsugawa.

—¿A qué te refieres con Nakatsugawa? Aceptaste que eligiera el sitio, ahora no puede echarte hacía atrás.—El de ojos verdes le echó una mirada de enojo a su pareja, era inaudito que él ignorara lo que habían discutido.

—Hace unas semanas veo que te has interesado por las novelas con temática de la era Edo. Pensé que querrías ir a visitar un pueblo donde se conserva la esencia de ese período. También era una parada obligatoria en la ruta de los caballeros y del comercio. Es un lugar turístico con museos, calles empedradas, e incluso con venta de artesanías.—Dijo Akihiko recitando lo que había leído en un artículo de Internet.

—Son casi mil quinientos kilómetros, pero puede que valga la pena. El paisaje debe ser muy bonito, además de que allí podemos hacer el recorrido de la antigua ruta Nakasendo. Escuché algo sobre ello en Marukawa, creo que Isaka fue con un tal Asahina.

Akihiko miró el reloj de la pared, debían irse antes de perder el vuelo. Sería una experiencia inolvidable para ambos.

(...)

Apenas llegaron al aeropuerto, luego del cómodo vuelo repleto de lujos y varias horas de sueño, Akihiko pidió que sus maletas fueran llevadas hasta el lugar donde se hospedarían en Tsumago. Fue prácticamente arrastrado hasta la estación de autobuses, preparados para el viaje junto a dos mochilas con botellas de agua y algunos snacks para el camino, preparados antes de salir de Hokkaido.

El plan era ir en autobús desde Nakatsugawa, su actual localización, hasta Magome y desde allí comenzar su expedición, caminando un tramo de la antigua ruta Nakasendo hasta Tsumago. El cielo estaba despejado, ninguna nube se asomaba y el sol se sentía cálido contra la piel. Akihiko quería seguir en algún vehículo, no queriendo caminar todo el camino hasta el pueblo. El tramo entre Magome y Tsumago tenía unos ocho kilómetros de largo y era relativamente fácil de lograr en unas dos horas y media o tres horas como máximo, dependía de la velocidad con la que caminaran. En el camino se destacaba especialmente la belleza de la zona desde el paso de montaña o puerto de Magome-toge hasta las afueras de Tsumago, por donde pasaron por caminos de piedra rodeados de naturaleza, disfrutando de pequeñas cascadas y saltos de agua. En algunos tramos, especialmente al comienzo y al final de la ruta, pasaron cerca de casas y campos de la gente de la zona y en algunos puntos cruzaron la carretera, pero la mayor parte de la ruta, la realizaron en plena naturaleza.

Junjou Romántica (Historias cortas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora