Está bien ser odiado y ser amado. Me gusta que haya personas que me amen y otras que me odien. El odio y el amor siempre trae consecuencias buenas si sabes como manejar las situaciones. Por otro lado, lo neutro carece de sentido ante mi. Con lo neutro no aprendes absolutamente nada y es aburrido.
Si no eres odiado por alguien, estas mintiendote a ti mismo. Entonces serías alguien perfecto, y eso no existe.
Según la Biblia, hay que amar a todos por igual. Pero, ¿cómo haces eso? ¿cómo distinguiriamos quien nos ama de verdad si a todos les mostramos una cara agradable y afectos?Miré mi teléfono. Estaba tumbado en la cama, con una botella de cerveza en una mano y aquel aparato en la otra. Hace unas pocas horas desde que me encontré con aquel extraño, ahora con nombre. Tenía la comida atravesada y las nauseas volvían con cada trago, pero no me importaba.
¿Había sido demasiado precipitado quedar con un simple desconocido? Si, lo había sido. Pero, al menos he pisado la calle estando sin una gota de alcohol en el cuerpo. Aunque, ¿qué mas daba aquello?
Johnny Depp, John. Actor y mucho más extrovertido de lo que yo nunca he sido, más de lo que Brian Hugh Warner ha sido. Y, esque quizá aquella máscara de pintura y cocaína que la gente ve, solo soy una persona de mierda más, nada con valor ni agallas para hacer algo como lo que Marilyn Manson estaba creando.
Hace tiempo dije que aquel niño de Ohio estaba muriendo, y que el Manson que conocen hoy estaba cambiando su lugar. Pero, siempre habrá algo de aquel niño, ahora sin pecas, que estudiaba en una escuela de monjas.
Aparté el pasado de mi cabeza y volví al día de hoy, a Rose. Amaba mas que a nadie a esa mujer. Pero, por otra parte sentía que le perdía un poco mas cada vez que se alejaba de mi.Miré a mi alrededor, la habitación empezaba a dar vueltas y era consciente de que el resto del día no iba a ir demasiado bien. Y, si fuese por mi, no hubiese tirado aquella cerveza a la mitad, pero tenía que estar bien si quería conseguir esa entrevista. Me levanté de la cama y todo fue peor, hasta terminar vomitando encima de la cama.
Pasaron un par de horas, quizá tres, y nada nuevo (excepto que ya me había acostumbrado al fatigoso y ácido olor a vómito, que aún no había limpiado). Me habría gustado terminar de pintar el cuadro que empecé hace tan solo unos días, y tal vez fuese un buen entretenimiento. Sin embargo, no tenía fuerzas, lo poco que había comido aquella mañana ya no estaba en mi estómago.
Rose volvió a llamar veinte minutos después de que me levantase a duras penas para cerrar la ventana de la habitación, por la que empezaba a entrar un viento frío y desagradable.
—Hola, ¿qué tal? —saludó al descolgar—Bueno, espera, tengo una gran noticia —añadió antes de que pudiera contestar —¡Vuelvo mañana a casa! —exclamó. Yo sonreí levemente al escuchar su entusiasmada voz.
—Eso es fantástico —respondí intentando ocultar mi voz estropeada por aquellos dos días de juerga.
—Espero que no hayas desordenado demasiado el apartamento —comentó con voz cantarina. Yo borré la sonrisa al mirar el desagradable charco de vómito que tenía al lado.