Resign

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𝗫𝗜𝗜𝗜

Otra jornada en la preparatoria y Sarada ya estaba algo cansada. La pelinegra tuvo dos horas de deporte y una en la banda, se sentía fatal.

Aunque no todo era malo ya que esta mañana vio como sus padres se habían reconciliado y se daban un beso, le alegraba que ellos se dieran una oportunidad.

Todo bien, muy bien, tanto aunque estaba cansada, ella estaba relativamente bien, Boruto le quería aunque fuera una chica un tanto acosadora, eso la hizo feliz, al menos esos días... ya que ahora mismo que estaba en el pasillo viendo como él rubio estaba abrazando a una chica de cabello morado, la hizo bajar de su realidad.

–Ay, Boruto, realmente lo siento por todo– la chica le sonrió –En verdad– 

Pudo observar como él se despegó un poco de ella e igual le sonrió solo que algo diferente, se veía triste... una sonrisa que de sombra ocultaba una sin expresión.

–Yo te amé– susurró –Yo te alejé de mi... te aleje cuando más te necesitaba– 

Esas palabras tan, tan profundas y llenas de sentimiento solo la hicieron retroceder unos pasos, mientras su mano se dirigió a su pecho.

¿Qué? ¿Por qué dice eso? ¿Por qué dijo que la amó?

Estaba delirando, seguro no fue nada y ella escuchó mal, pero no, volvió dirigir su mirada hacia donde se encontraba el rubio, miro lentamente como él unía sus labios con aquella chica.

Y eso la partió en dos.

No era un beso común, ella había visto antes como el rubio besaba a otras chicas que aunque le molestara, de alguna manera sabía que para él no significaba algo, solo era un beso... pero este, no fue así, miró cada movimiento proveniente de él, parecía necesitado de ese beso, lo sentía, incluso a la distancia sentía cada cosa de él, y sin duda no era un simple beso.

Sarada con algunas lágrimas cayendo de sus ojos se fue de ahí a paso rápido, si corría seguramente la escucharían y no quería eso, una vez afuera del aula se sentó en una banca y lo dejo salir.

–Idiota – dijo entre dientes mientas apretaba su mano convirtiéndola en puño –¡Eres un maldito idiota!– replicó, ni siquiera sabía cómo pudo haberse dado tantas ilusiones.

¿Por qué? ¿Por qué tenía que ver eso? ¿Por qué tenía que ilusionarse demasiado?

Porque eres una idiota, Sarada... todo esto, todo lo que ahora sientes es tu culpa.

–Tenía que pasar– sintió más gotas salir de sus ojos sin su permiso –Que horrible sensación... ¿Por qué tenía que amarlo? ¿Por qué?... Al final, yo soy la idiota–


"18.12.19

Boruto Uzumaki, hoy vengo con esta carta diciendo que no volveré a escribirte de nuevo, lamento haberte molestado todo este tiempo, seguramente al principio pensaste que era una acosadora, que no sabía lo que decía solo por el hecho de que te amaba sin conocerte, pero... el problema fue que si me enamoré, me enamore de tú sonrisa, de tus ojos, de tú piel, de cada centímetro de ti... luego vi qué tu ya tenías a alguien que era dueña de ti, no sabía eso, no tenía la menor idea, tuve que ver por mis propios ojos para saber que tenías a alguien.

Alguien que estoy segura que amas de verdad, no una chica idiota como yo, que se enamoró de alguien más que sabía que nunca la vería como yo lo miro, este es el fin que nunca empezó.

PD: trataré de olvidarte."

Cartas para un amor no correspondido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora