La noche que el azul encuentra al verde, el aire desprende estrellas de humo, las bolas de disco brillan más que el sol mismo y los colores se ven más vibrantes que nunca. Ambos son dos universos distintos, que colisionan listos para unificarse al r...
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Louis es probablemente en alfa más atractivo en el que Harry haya posado sus ojos alguna vez, lo descubre un día después de conocerlo, cuando vuelto a su forma humana, sigue a su lado en la cama descansando.
El pelaje castaño y suave que acariciaba se ha transformado a la piel tersa, de un tono similar a la leche con miel. Tiene una clase de belleza que bien podría pertenecer a la realeza, con sus pómulos altos y celeste mirada, si no estuviera durmiendo en el roído colchón que comparten bien podría haber pensado que es el hijo de algún empresario importante.
Pero no lo es, es un pobre lobo que probablemente corrieron de su casa o decidió huir. Es un poco como Harry en ese punto, solo que no es nada como él realmente porque mientras los ojos verdes parecen temerosos y heridos, los azules son fuertes y llenos de experiencia, debe de haber visto muchas cosas en su vida como para que su mirada se torne tan dura a veces.
Es misterioso y carismático. Joven, a penas tres años mayor que Harry, pero conocedor en muchos más sentidos de como funciona la vida.
"¿Cuál es tu historia, Louis Tomlinson?" Le pregunta al segundo día, mientras el alfa peina su cabello para después colocarse una chaqueta de cuero sobre su camiseta blanca de tirantes.
"Mi historia fuera de esta casa no existe, Harry" le contesta con un guiño de ojo "Todo lo que soy está aquí, antes de eso... la vida no era vida, por lo tanto para mí no importa."
Entonces pretende que el tema no fue tocado y le lanza al omega una chamarra de mezclilla para que haga juego con sus pantalones.
"¿Es para mí?" Harry roza la tela con sus dedos, incrédulo.
"Claro, no puedes usar la misma ropa todos los días" Louis le sacude el pelo con ternura "Así que he conseguido algunas cosas... pero no preguntes de dónde salieron."
Hay una advertencia en su expresión que Harry decide no ignorar, así que asiente colocándose la prenda, es un poco apretada, pero cálida contra su cuerpo.
"Gracias, Louis."
Y Louis sonríe, mostrando sus dientes y sus ojos rodeados en alegría.
Entonces salen a la noche de Harlem y como había sido prometido, las estrellas parecen brillar más que antes y una vez que entran al club donde Louis se dedica a bailar a cambio de un trofeo sin real importancia monetaria las luces neón son suficiente iluminación y cuando la música suena, Harry estaría aturdido, de no ser porque la mano del alfa sostiene la suya.
Llegados a ese instante, como es ya casi rutinario luego de una semana de conocerse, que Louis invite a Harry a bailar, entrelazando sus dedos con una sonrisa porque sabe que es irresistible, que es casi imposible de negarle algo y que podría bajar el cielo entero si se lo propusiera.
Pero Harry siempre niega, demasiado cansado es lo que expresa, pero realmente se siente demasiado grande, demasiado torpe, demasiado tosco, poco delicado y poco hermoso. A pesar de que nadie a su alrededor le juzga, él mismo es su peor enemigo.
