Amor Conbinado.

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-TE AMO.

Fue lo único que pudo gritar. En sus ojos una corriente de agua salada bajaba, su agitada respiración era escuchada aunque la persona que trataba de detener estuviera lejos.

Sus labios resecos por el clima invernal común de aquel pueblito y los copos de nieve cayendo sobre de él, opacado su visibilidad al joven unos pasos más de frente. Daban una perspectiva deplorable al muchacho robusto de unos quince años de edad, quien por fin de tanto tiempo guardando el sentimiento lo pudo exponer.

Pero al decirlo a su amor platónico este se marchó corriendo. Al alcanzarlo en este punto gritó a todo pulmón para que se detuviera y pues lo consiguió.

-Cartman... - el pelirrojo de igual quince años se mantenía a la distancia ahora de su amante empedernido- perdona. Pero no puedo amarte de la misma forma- aún si sus oídos estaban cubiertos por la gruesa tela de sus ushanka podía jurar haber escuchado un crujido. Vio al más grande agachar la cabeza, sus sollozos aunque bajos, los oía, sus lágrimas cristalinas al caer de sus mejillas, las vio convertirse en pequeños copos cayentes a la capa blanca de nieve donde ahora las rodillas de su acompañante reposaban.

-¿POR QUÉ NO ME AMAS? - exclamó él arrodillado, levantando su mirada fúrica al judío- Mírame Khal, estoy humillandome por ti ahora mismo- con una voz suplicante dijo- ¿Qué más quieres de mi? ¿Qué debo hacer para que me ames?

El nombrado no dijo nada, solo apartaba la mirada del chico que se le había declarado, lo único que pasaba por la cabeza del chico de pelo rojo era huir de ahí y eso hizo. Aún la mirada fulminante de Eric lo penetraban en sus pensamientos.

Al llegar a casa sólo pudo acostarse sobre la cama y meditar en qué momento "el gordo" se empezó a enamorar de él. Mientras tanto el robusto quedaba como idiota frente a todos los mirones de donde estaban "Te dije que era una mala idea, yo cupido" se dijo a sí mismo. Se limpió las lágrimas, sacudió la nieve de su ropa y como buen perdedor que es, se fue. Al llegar a casa, bajó al sótano-AAAAHHHH- un grito atormentado salió de su garganta, su furia y tristeza contenida salió con un romper de cosas a su alrededor. Ya no importaba los estantes, cajas o los adornos navideños que se guardaban en ese oscuro lugar. Su dolor era tan grande que ni el más doloroso golpe en su cuerpo físico superaría al de su corazón. "TE AMO" resonaba en la cabeza de ambos "TE AMO" pero de diferente manera, en la de Eric sonaba a amarga equivocación y en la de Kyle sonaba a confusión pura.

Sus días después de la confesión de Eric fueron normales como si nada hubiera pasado. Hasta que un día el judío llegó a la puerta de Eric-¿Qué mierda haces aquí judío trai...-sus palabras fueron ahogadas por un beso profundo, apasionado y lleno de necesidad-¿Qué fue eso?-preguntó el robusto, la mirada vidriosa del más alto se notaba confusa-No sé- al igual que sus palabras-, sólo sé que lo quería tanto como tú- una sonrisa pícara se asomo en los labios contrarios como si acabaran de ganar algún premio o si se salieran con la suya. Eric no tardó en aprisionarlo denuevo en un nuevo beso lleno de deseo, en caminando a Kyle al sillón de su sala. La temperatura subía considerablemente su respirar agitado era más notorio, la terquedad en cada beso más y más constante.

-Me fascinas-dijo Eric, mansturbando debajo de la ropa a su amante, Kyle respiraba con dificultad pero eso no impedía que mordiera el cuello de Cartman y masajeara sus pezones que por su sobrepeso tenían apariencia de pechos. Kyle lamia y saboreaba la piel del castaño, mientras estaba encima suyo, Cartman frotaba su miembro con el más grande repetidas veces para hacer fricción, el pre-semen se hacía presente cada vez más dejando la mano del ojos almendra más viscosa. Cartman ya hace tiempo había perdido las prendas de la parte de arriba, dejando que Kyle chupara sus pezones con más libertad, en cuanto al judío sólo había perdido el gorro y su abrigo, su playera sudada por el calor que sentía ya estorbaba y al igual que la de su acompañante desapareció. Eric se empezó a enderezar de esa posición y poco a poco hizo que la cabeza de Kyle bajará hasta su miembro viril. Kyle comenzó a chuparlo como si una paleta se tratase, los gemidos de Cartman se oían pidiendo más y más. Le decía al ojo verde que su nueva droga era su boca caliente y húmeda.

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