Cotard; Frerard

CUATRO

Frank admiraba la pequeña plantita del patio de la escuela, estaba un poco cautivado por ésta, ya que, era muy débil, casi no podía mantenerse de pie.

Estaba recostado con su estómago junto a la tierra y su cara a sentimetros de la planta, el olor a tierra lo había invadido.
Un pie aplastó la planta, haciendo qué frank frunciera el seño y viera gerard, el cuál lo miraba con una pequeña sonrisa.

-- ¿qué haces?-- preguntó el pelinegro sentandose a un lado de él.

-- n..nada-- susurro frank, gerard lo ponía algo parecido a nervioso.

-- bien frank, creo qué eres muy tierno, ¿sabes?-- dijo gerard, viendo con una sonrisa el sonrojo del castaño.

-- n..no..n..no..lo s..soy-- frank estaba frustrado, no le gustaba sentir los nervios qué sentía con gerard y sólo con gerard.

-- si lo eres-- dijo gerard, se acercó un poco al cuello de frank y lo olfateó.

-- hueles a tierra-- habló gerard con una sonrisa, por primera vez, frank no sabía qué responder-- me gusta eso.

Mordió suavemente el cuello de frank, y salió de allí, dejando a frank con una sensación para nada agradable.

Cuando frank ya estuvo de vuelga en su casa, entró con una mueca.
Y su madre la notó.

-- frank, cariño, ¿Qué pasa?-- preguntó linda.

-- no sé mamá, me siento raro-- habló frank - por lo general, no siento nada, pero ahora, siento cosas raras en mi estomago siempre qué estoy con gerard.

-- ¿gerard?--su madre sonreía.

-- si, es un niño de mi curso, es muy simpatico e inteligente-- habló frank, prefería no decirle a su madre qué gerard lo mordió.

-- creo qué ese tal gerard te gusta frank-- hablo su madre revolviend sus cabellos.

-- ¿¡Qué!?-- frank gritó y corrió a su habitación, no, no, no y no, no le podía gustar gerard, el estaba muerto, los muertos no sienten y menos hacía un vivo.

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nuevo capítulo.
Bye.