Capítulo 2

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Al llegar a una especie de claro rodeado de árboles Leslie se dirigió hacia una roca que había a un lado y sentándose en ella comenzó a pensar en la actitud de esas madres. En sus ojos había podido observar el terror al ver que sus hijas se acercaban a ella, pero si era sincera consigo misma, esa mirada se la había ganado a pulso con su estúpido comportamiento cada vez que iba de visita por aquellas tierras.

Ahora entendía que ella y su comportamiento eran los responsables de que esas dos mujeres la miraran así. Leslie comenzaba a odiarse a sí misma por todo el daño que había causado a Kendrick, Lindsey y al resto de aldeanos McGregor.

En un principio se consolaba diciéndose que todo aquello lo hacía por conseguir el cariño, el respeto y la aprobación de su padre, pero ahora se daba cuenta, de que daba igual lo que hiciera, para su padre nunca sería más que un medio para poder conseguir más poder, porque eso era lo que el más ambicionaba. El poder, el tener más tierras que controlar y que todo el mundo le temiera. Ella siempre sería un buen medio para ese fin ya que él por sí solo, con lo cobarde que era nunca llegaría a conseguirlo.

¿Tan malo era querer conseguir el cariño y aprobación de un padre?, pensó con rabia Leslie, al tiempo que con un brusco movimiento de su mano se secaba las lágrimas que había comenzado a resbalar por sus mejillas al perder de vista a Andrew. Si, se dijo así misma, si el fin para conseguir todo eso era hacerles daño a otras personas, entonces no merecía la pena.

- ¡Eh Caprichosa! ¿Por qué lloras? -. Le preguntó Andrew de repente, logrando que Leslie diera un salto en la roca por el susto.

- Andrew-. Sollozó Leslie, al tiempo que Andrew se arrodillaba delante de ella para enjuagarle las lágrimas-. Te pedí que me dejaras sola.

- Y yo decidí no hacerte caso-. Replicó el al tiempo que con el dorso de su dedo índice le limpiaba las lágrimas-. Y me alegra haberlo hecho. No me gusta verte tan triste.

Andrew, que sin que Leslie se diera cuenta la había seguido hasta el claro del bosque, donde, tras el tronco de un árbol la había estado observando hasta que la angustia que había sentido al verla llorar lo hicieron acercarse hasta la roca donde ella estaba sentada.

- Dime-. Susurró Andrew sin apartar la vista de sus labios empapados de lágrimas-. ¿Por qué llorabas?

- Tú estabas allí Andrew. Tú lo viste. ¡Tú lo viste! -. Chilló Leslie.

- Sí, yo estaba allí, pero no sé qué quieres decir con eso-. Dijo dudoso Andrew. ¿Qué tendría que haber visto? Él era un Highlander, y a no ser que fuera para advertir el peligro, no se fijaba en nada más. Por lo que, perdido, sin saber a lo que Leslie se refería se quedó plantado donde estaba esperando que ella le explicara qué era lo que tendría que haber visto.

- Ellas, esas mujeres...Todos, todos aquí me miran con miedo, temor. Y, no, no los culpo, fui una persona horrible con todos ellos. Pero eso no quiere decir que, ahora que he cambiado me guste ver cómo me miran, o como temen que me acerque a sus hijos. Por Dios, parece que temen que me vaya a convertir en un lobo y vaya a comerme a sus hijos.

- Serías una loba muy bonita-. Murmuró Andrew intentando aligerar un poco el ambiente, pero al ver la mirada que le echó Leslie decidió cambiar de táctica, aunque las palabras no eran lo suyo-. Escucha, sé que te duele que toda esta gente te mire de esa forma, así que, ¿Por qué no haces nada al respecto? Digo, si hablaras con ellos, quizás si les explicaras que ya no eres más esa persona, ellos podrían llegar a cambiar la opinión que tienen respecto a ti.

- ¿Tú..., tú de verás crees que eso podría llegar a pasar? -. Preguntó con voz queda Leslie.

- Pues no lo sé. Yo nunca he tenido que pasar por algo similar, pero por probar no pierdes nada. Es decir, ya toda esa gente te teme, por lo que no perderías nada, pero si ganarías mucho.

Enamorada de un ProfugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora