Capítulo 10

1K 57 21
                                    

Escuché pasos y voces provenientes de las escaleras, cada vez se acercaban más y yo me encontraba en un dilema sobre que hacer.

Guardé y puse todo en su lugar tratando de dejarlo todo como originalmente se encontraba.

Con mucho cuidado y sin hacer un mínimo ruido abrí la puerta lentamente para ver que eran esos ruidos.  La policía. Maldecí y rápido cerré la puerta y corrí a la ventana. Me asomé por unos instantes y ví que estaba muy lejos del piso, pero el sonido de las voces aumentaban, cada vez estaban más cerca de mí y no me podía bajar por la ventana, no sabia que hacer simplemente, me quede ahí parado. Congelado por el miedo que sería ser descubierto aquí, el pánico influyó mucho y esta como idiota.

Pensé en mi momento de pánico y corrí para esconderme atrás de la puerta, así no me verán tan rápido cuando entren y en todo caso, tendría oportunidad de salir corriendo sin que me vieran la cara.

En cuestión de minutos la puerta se abrió, dejándome ver a dos hombres uno alto y delgado, y el otro era bajo y gordo. Los dos tenían uniforme de policía pero lo que más llamo la atención fue la pistola que llevaba el oficial gordo en su cinturón de el lado derecho.

Uno de esos oficiales salió, me imagino que a registrar más parte de la casa. Era mi oportunidad.

Me lancé contra éste, él intento desesperadamente agarrar su arma mientras repartía golpes en su cara. Tomé su cabeza contra mis manos y la azote contra el suelo dejándo una enorme mancha roja debajo de su cabeza.

Bajé rápido pero con cuidado de no hacer ruido a la cocina.

Abrí uno de los cajones y tomé un cuchillo.

-Buenas tardes muchacho. -La voz de un oficial sonó a mis espaldas. Me tense y intenté pasar a mis espaldas el cuchillo mientras volteaba.

-Buenas tardes...

-¿Qué haces aquí?-levantó su poblada ceja.

-Soy el jardinero

-¿Y qué haces aquí? No te había visto-Mierda

-Acabo de llegar, estaba buscando las tijeras....-Caminé lentamente hacia él con el cuchillo detrás de mi espalda, sostenido furtemente por mis dos manos, estaba nervioso, nunca antes habia hecho esto  y creo que era obvio.

-Espera chico ¿que crees que haces?  ¿te sientes bien? -dijo al notar que me acercaba cada vez mas con las manos detras mi espalda  con el arma entre mis manos 

- Si,  yo solo buscaba las tijeras.  -dije intentando sonar lo más obvio posible, me vio dudoso.

- Mmm ok. Deja te ayudo. -dijo volteandose  para abrir el cajón donde al parecer se guardaban las herramientas

Lo que íba a hacer no estaba bien, y yo estaba más que conciente de eso, podría ir a la carcel, pero siendo el impulsivo que soy, no tenía otro remedio. El oficial se volteó con algo en las manos, lo que al parecer eran las tijeras. Antes que dijera o hiciera algo, me aventé contra el clavando el cuchillo en su estomago haciendo que el hombre soltará un fuerte grito desgarrador y lleno de dolor, alce la vista y vi su cara llena de dolor y sufrimiento, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, su gesto comenzaba a comprimirse de dolor, me aleje rápidamente viendo como el agonizante hombre caía  de rodillas poniendo sus manos alrededor de la herida cómo queriendo de algún modo quitar el dolor ,pero ambos sabíamos que eso era imposible, el iba a morir y yo lo había provocado... yo lo había matado. Ví por última vez al hombre y salí corriendo como el verdadero cobarde que era.

Corrí, corrí y corrí como nunca antes, con una velocidad que ni siquiera yo sabia que tenía. Al estar bastante alejado de aquella mansión, me detuve y me arrodillé pise las manos en mi cuello tratando de recuperar el aire perdido.

Ya ubicado tome rumbo a mi casa me sentía perdido, desubicado nunca antes había matado a una persona.

Llegue a mi casa y fui directamente a mi habitación no quería ver a nadie solo quería estar solo y pensar.

Entre a mi habitación y una boba sonrisa se formo en mis labios,  me encontré con la mujer de mis sonrisas y de mis suspiros  si tal vez solo eran fotos papeles pero lo que importaba es que yo la amaba con todo mi corazón y me dí cuenta de una cosa:  yo haría todo por ella y lo que acaba de pasar lo había hecho por  ella, porque la amo y ahora se podría matar por ella y mataré a quien sea por ella si es necesario y haría lo que fuera para estar con ella.

Nadie se interpondrá en mi camino. Mi lugar en la vida es a su lado, y si yo no estoy con ella, nadie más podrá estarlo, así tenga que matar para evitarlo, lo haré, ya lo hice una vez, así que ¿por qué no?

¡Dios, Harry! ¿Te has vuelto loco?

Holaaaa :D

Perdón por no haber subido. LOL :(

Para seguirla necesito +30 votos y +10 comentarios.

Eso es todo por ahora.

Besos y... ¡nos leemos pronto! :*

Sam.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 23, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Acosada y AmadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora