-IX-

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Estuvieron recostados de ese modo hasta que Vegeta habló desinhibido y con voz profunda, tal vez por haberlo practicado antes en su mente.

-La próxima vez que esa mujer intente ponerte un dedo encima, dile que no.-

Su acompañante ladeó la cabeza y lo miró fijamente.

-¿Por qué? De todos modos estamos casados.-

-¡No sé qué te habrá dicho, pero no puede obligarte solo porque es tu esposa!-

-Me he negado varias veces. Ella no hace caso.-

El estómago de Vegeta se retorció del asco ante la idea de Milk cerca de Kakaroto.

-Ella te obliga.-

La brisa llenó el vacío de su respuesta. La mano real apretó aún más la de su rival.

-Contesta.-

-No me obliga, pero si le digo que no quiero se la pasa de mal humor y me grita.-

-Te manipula, es lo mismo. Niégate y quédate en la Corp. Cápsula. No la dejes tocarte.-

-Está bien, aunque todavía no sé cómo.- Movió los dedos para acariciar su mano.

-Promételo.-

-Lo prometo.- Soltó una risita. -¿A qué se debe tu preocupación? Tú no eres así.-

-Quiero ser el único con el que te acuestes a partir de hoy.- Concluyó tras pensar en una mejor respuesta que no se le ocurrió o no quiso considerar.

Por unos instantes, reinó un silencio absoluto.

-¿Por qué no lo hiciste antes?-

-¿A qué?-

-Besarme. ¿Por qué esperaste hasta ahora? Todavía no me respondiste esa pregunta.-

-No creí que esperabas que la contestara.-

-¡Pues claro!-

-¡Estábamos haciéndolo!-

-Entonces contesta ahora.- Volvió a sonreír.

Vegeta se sintió incómodo, pero no se iría de allí por nada. Significaría perderlo.

-¿Y por qué no lo hiciste tú?- Optó por ponerse a la defensiva.

-Vegeta, huyes de mí todo el tiempo. Intenté acercarme, darte la mano, abrazarte, pero no sentí que te gustara en ningún momento. ¡Me habrías matado si te besaba!-

-Pero eso es porque...-

-¡Aunque resultaste ser un gran actor!- Rió natural pero sensual a la vez.

-Ya cállate, insecto.- Su risueña faz le pareció adorable.

-Vamos, la pregunta es para ti. No quieras desviar la atención.-

Una horrenda vergüenza le hirvió en el pecho, pero respondió para que se termine.

-Supongo que por miedo. Tenía miedo de que me rechazaras.-

Por un minuto o dos se manifestó la nada, pero luego la risita del Clase Baja se esparció como papel picado en una fiesta.

-¡¿Qué te pasa, tonto?!-

-Nada, es que es gracioso pensar que nos sucedía lo mismo a los dos.- Volteó también y chispearon como dos cables haciendo contacto. -Ojalá yo hubiera sido tan valiente.-

Tu nombreWhere stories live. Discover now