Capítulo 19

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Scarlet quiere que le acompañe a una inauguración de un nuevo salón de belleza de la misma cadena en la que trabaja, ya que sus amigas hoy ya tenían planes. Se que luego debo llegar a la cena que organizó mi tía, pero espero que las horas encajen bien para poder asistir a las dos, además ya compré el vestido, es de color celeste, suelto y hasta la rodilla. No le he dicho a nadie, la fiesta es a las 15:30 y la cena es a las 20:30, tengo cinco horas para divertirme y llegar a tiempo ¿Que puede salir mal?.

Que conste que le advertí de nunca preguntar que puede salir mal.

No pasará nada malo Lorenzo

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- ¡Oh, sí!, dame de ese trago rosadito.- dije a Scarlet señalando una linda copa de martiní con un licor rosa.- ¡Uuy! ¡Mira que hermosoooo!, y debe saber aún mejor- agregué tomándome de un solo trago el licor.

-¡Oh, mira ese pastelito!, ¡Quiero uno!- dice Scarlet, no sé que hora es ni tampoco cuánto he bebido, primero fue un trago de Margarita y luego otro y otro hasta que llegaron los bartenders y hicieran todo tipo de combinación que solo hacían a mi paladar regocijarse. Uno de ellos me coqueteaba descaradamente y yo le seguía el juego para que me diera más deliciosas combinaciones, hasta que le vomité encima y nos echaran de la barra en dónde estaban esos chicos prodigios. Se que la inauguración fue en el nuevo Salón y nos trasladamos a celebrar a un jardín en el que había dos especies de carpas blancas, una era para bailar y comer y otra era donde estaban los tragos, y ahora estamos en dónde hay gente bailando, al parecer el dueño de este nuevo local le gustan las fiestas. Hay muchos bocadillos; me hallo sentada en el piso rodeada de pastelitos, creo que Scarlet no me invitará otra vez, o quizás si porqué ella está igual de ebria que yo.

Se escondió el sol así que deben ser las siente de la noche mas o menos, pero éstos pasteles no me quieren dejar ir. Bailé con un tipo joven de unos 23 años, luego con un hombre mayor, trató de agarrarme el trasero pero le pegé bien fuerte; baile con Scarlet pero su vestido verde diminuto se subía mucho así que decidimos sentarnos

-Vamos Alis, ¡Comeme!- quedé sorprendida, se que estoy ebria pero no creí que un pastel pudiera hablar.

- ¡Claro señor pastel azul!- me lancé sobre el pastel pero éste se movió, lo volví a intentar atrapar, pero al parecer éste es difícil.

-¡Ven aquí pastel!- sentencie apuntando al pastelito. Espera, ¿Porqué le estoy gritando a un cupcake?

Porque estás loca querida

¡Lorenzo mi amor! Deberías ser de verdad para que pudiéramos beber juntos

Querida, si fuera real me alejaría de ti lo más que pueda.

¡Oh vamos! No seas gruñón.

¡Mira Alicia ese pastel te está hablando otra vez!

¿Donde?

- ¡AQUÍ ALICIA!.

- ¡Oye, tú no estás vivo!.

- ¿A no, entonces porqué te estoy hablando?

- No se, pero me rindo iré por otro que sí quiera que le coma.- me levanté para ir en busca de algo para beber.

- ¡Espera!, perdón pero fui yo el que hablaba por el cupcake.- me voltee para ver quién era el que habló y me encontré con un muchacho alto con el cabello del mismo color que el mío, con ojos cafés oscuro, yo lo conozco, pero...

- Robert, ¡Primo! ¡No puede ser, eres tú!- grité para luego abrazarle- ¿Desde cuándo vives aquí?, ¿Porqué no llamaste?.

- ¡Oh primita!, te extrañe tanto, estás tan grande... y borracha, ¿Que haces aquí, con quién estás?.

Una historia fuera de lo común.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora