Capítulo 8

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Al llegar a mi casa estaba aún avergonzada de creer que Oliver me seguía, ¿Que tipo de persona te sigue hasta tu casa? Nadie, ¿como pude pensar eso?. Al entrar a mi casa me llevé una enorme sorpresa al ver el comedor destrozado, todos los platos estaban hechos pedazos en el piso los paquetes de comida estaban rotos en el piso, y los vidrios de los vasos brillaban con el reflejo del sol,  corrí hasta el cuarto de mi tía, ella no estaba, faltaba el televisor y los muebles estaban en el piso destrozados y la ropa estaba esparcidas por todos lados al igual que en el comedor, la pieza de Dylan estaba igual y no estaban su consola y vídeo juegos. Y ahí fue cuándo me comenzó la desesperación, corrí hasta mi habitación, y si esta no la dejara con llave y tuviera barrotes en las ventanas estaría igual. Depronto siento la puerta abrirse y corro hasta ahí, eran mis primos. Yo ya estaba llorando, comenzaba a hiperventilarme.

-¿Que ha pasado aqui? .- pregunta Jason abrazandome fuerte.

- Yo solo llege hace unos minutos y... to-todo estaba e-en el piso.- dije tartamudeando mientras lloraba más fuerte, Jason me observa abrumado y de mis ojos comienzan a brotar lagrimas.

- Y mis video juegos?.- pregunta DYlan corriendo a su habitación.

- Todo, excepto nuestras piezas estan destruidas.- digo llorando.

- ¡Pero que mierda pasó aquí!.- dice Jason acercandose a mi para abrazarme.

- !No esta! Jason se llevaron mis videos.

- Hay que llamar a la Policía y a Mamá.- dijo Jason luego de un momento.

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Resulta que mi tía encontró a Carlos con otra mujer y ella le dijo que debía haber sacado todas sus cosas de la casa para cuando ella volviera de una reunión en el colegio de Dylan, y este se llevó sus cosas más los televisores y destruyó todo. Por suerte la Policía decidió arrestarlo y devolvernos nuestras pertenencias, por un momento creí que habían asaltado nuestra casa pero aún así el hecho de ver todo en pedazos fue muy chocante, Carlos era como un segundo padre y mi tía y primos son mi família después de todo vivo 10 meses al año con ellos y todas las cosas cuestan para obtenerlas y al verlas destruidas me afectó mucho.

Estaba choqueada y necesitaba tomarme un respiro por lo que me fui a un pequeño parque que queda a 3 cuadras de la casa con el libro de la biblioteca para poder dejar de pensar en lo que ocurrió.

Hasta el momento el libro está muy bueno a parte de ser una novela romántica pero solo el hecho de que el chico sea un super follador que lucha sin perder ninguna pelea y la chica en  un pasado fuera una apostadora ilegal en los casinos y además que ella es una perra total al ignorar al muchacho por 1 mes aunque duerman todas las noches juntos, el solo imaginarme el cuerpo de ese hombre hace que mis hormonas se vuelvan locas, eso me hace seguir leyéndolo. Pero mi paz se acaba con el susto que me pega Oliver al aparecer por detrás derrepente.

- !Hey! ¿que estás haciendo aqui tan sola?.- dice sentándose a mi lado.

- Libero mi mente de un poco de estrés.- digo cerrando el libro. Ahora que prometí ser su " amiga" debo portarme como una.- Si, como sea, ¿y tu que haces aqui?

- Yo vengo a leer todas las tardes.- dice mostrandome un libro.- se llama Divergente, deberías leerlo.- dice colocandolo a un lado.- te vez algo preocupada, ¿te pasa algo?.

- No, solo es que mañana me visitan mis padres y digamos que no quiero verlos.- dije recostandome en el banco poniendo mis pies sobre las piernas de Oliver.

- Oh! yo no sabía que no vives con ellos.- dice frotando sus calidas manos en mis piernas, por suerte me puse jeans. Eso fue algo extraño creo que sentí cosas en mi estómago.

- No, en realidad vivo con una tía.- digo cerrando los ojos y relajarme.

- Yo vivo con mis Padres adoptivos.- dice mientras ponia sus brazos en el respaldo de la banca, eso hizo abrir mis ojos de golpe,  me tomó por sorpresa, en verdad es adoptado, ¿ahora que le digo?

- Oh. yo tampoco sabía eso de ti, en verdad no se nada de ti.- digo cambiando de tema, la verdad jamás he sido buena con las conversaciones.

- Bueno yo tampoco se nada de ti, solo se que te gusta el rock y que vives una calle arriba de la mia.- dice mirandome a los ojos. Y otra vez sus ojos me hacen caer en estado vegetal.

- Yo... Emmh, creo que es hora de conocernos, yo primero.- digo sentandome rápidamente para poder mirarlo bien.- Desde que te conozco tengo una gran curiosidad de saber tu edad.

- Tengo 14.- dice mirandome seriamente.- ¡No!, solo bromeo tengo 17,  hace dos semanas los cumplí.

- ¿17? Pareces de 15, ¡¡no tienes ni una marca de la pubertad!!.- digo con envidia.

- Bueno, mi turno, yo quiero saber cuánto calzas de zapato, tu sabor de helado y pizza favorita.- dice haciendo ademan hacia mis zapatillas viejas.

- 37 esa es mi talla, café helado y me gusta cualquier pizza pero nada de vegetariana.- dije haciendo un gesto de asco.- ¿para que quieres saber mi talla de zapatos?.- pregunto algo curiosa.

- Para poder invitarte a salir a patinar y luego tomar helado y comer una pizza, si quieres por supuesto.- dice mirando a otro lugar en vez de mi. Si, lo admito, ese chico es encantador, pero es muy bueno para mi, el merece algo mejor que una simple chica aburrida, el necesita aventura, no pasar todo el día viéndome recostada en el sofá.

- Si, quizás podríamos salir algún día.- respondo desinteresada.- ahora sigo yo,- cambio la conversación.- ¿banda de rock favorita?.

- Bueno, yo escucho más pop punk que rock pero aún así prefiero a Linkin Park.- dice volviendo a mirarme con sus penetrantes ojos cafés..

- Buena elección Hombrecito.- digo dándole un golpe el el brazo.- La última pregunta te pertenece.

- Quiero saber ¿ porqué me dices HOMBRECITO?.- dice observando mi rostro detenidamente.- Me rio, su pregunta me sorprendió, de todas las cosas que puediera elegir para saber de mi me pregunta la descendencia de su apodo, que por cierto es muy original.

- Porque, la primera vez que te vi, crei que eras un puberto con complejo de gigantismo, ¡amigo mides alrededor de 2 metros!.- dije sonriendole.

- Solo mido 1,93.- dice riéndose, nos reimos juntos, su mirada se posa en mis labios y recorre el camino devuelta a mis ojos lentamente.-

.-Tú sonrisa realmente es hermosa.-Digo imnotizada por todo en su rostro pero en especial en sus ojos, mis palabras resuenan en mi cabeza, y cuando me percato de lo que acabo de decir salgo de mi aturdimiento y miro avergonzada hacia el piso, de reojo logro ver una pequeña sonrisa de satisfaccion en el rostro de Oliver y no puede ser, ¡un maldito zoológico se esta formando en mi estómago!.

- Mañana podríamos irnos juntos al Instituto, yo te esperaría en la esquina de mi calle.- dice tratando de  cambiar el tema, el ambiente se comenzaba a poner incómodo.

- Si, ¿porque no?.- acepto para ponerme de pie.- Ahora hombrecito, vamos que es tarde.- digo mientras comienzo a caminar.

Cuando llego a casa, todo estaba limpio, ya no hay policias y sólo quiero meterme bajo la ducha para terminar de relajarme y luego poder ir a dormir. Creo que escucharé la banda que me recomendó Oliver, para cuando salgamos tener tema de conversación, bueno, no quiero decir que al fin vamos a salir, pero quiero que tenga a alguien con quien hablar,  no porque es lindo, si no porque lo que me dijo hoy, lo dijo sinceramente.

Una historia fuera de lo común.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora