Epílogo JongIn

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JongIn.


Lo observa desde la puerta de la sala de reuniones, esta con un cliente implacable, que trata de despojar de todo lo que puede a su exmarido, puede escuchar claramente como el sujeto llora pidiéndole a la mujer de fino traje y peinado de salón que le deje ver a sus hijos.

Sabe del caso, sabe que todo gira entorno al dinero, sabe que lo va a conseguir. No es muy su estilo, siente que incluso no es muy ético, tal vez si lo es, pero no esta de acuerdo, pero no toma el riesgo de decírselo, porque sabe que volver a tocar el tema es despertar a la Gorgona, con mirada que paraliza y despoja del alma. Una vez lo hizo y no volverá a cometer el mismo error.

Se sigue de largo, no quiere provocarlo, hoy es noche de viernes y espera sea especial.

Una cena,
Un baile candente,
Sexo salvaje,
Un beso al despertar.

Sabe que pide mucho, no por la cena, no por el baile, no por el sexo salvaje, eso es poco, eso es nada. Lo difícil es el beso al despertar.

Entra a su oficina y se sienta frente a su gran escritorio de nogal oscuro, en su gran asiento de cuero negro, frente al gran ventanal, con su gran título a cuestas.

Sin embargo frente a el, se siente minúsculo, tan débil.

SeHun es ausencia de gentileza, de ternura o candor, en cambio es toda aura, toda potencia, todo poder- o prepotencia-, pese a ello, le gusta. Desde hace tiempo.

Se reclina y piensa ¿Por qué puede ser tan estúpido de querer estar con alguien así?
Después de todo, alguien mas lo amaba -o ama- con gentileza, con ternura y con amor, ese que desde la universidad, en la austeridad y en la prosperidad lo ha amado.

Suspira, enciende un cigarro mentolado, dando una bocanada recuerda, sus días antes de KyungSoo, todo fiestas, todo sexo, toda locura y desenfreno, chicas y de vez en cuando algunos chicos, la diversidad, lo novedoso, lo excitante.
Conocer a Kyungsoo fue un remanso, un oasis en el desierto, la incandescencia y el romance. Fue bueno, demasiado bueno, pero a veces, lo bueno también cansa.

Cuando llegó SeHun a su vida, hace casi un año, con su presunción, su prepotencia, pero sobre todo su lujuria, fue un arrebato, un incendio forestal que arraso con todo, incluyendo a KyungSoo.

Fue inevitable.

Era tan adictivo, pensó que seria temporal, un sol ardiente en un día de verano, se quemaría, pero valdría la pena el recuerdo. Pero no pasó, se apropio de su cuerpo, de su mente y hasta de su alma.

JongIn aplasta la colilla de cigarro en el cenicero de cristal cortado que KyungSoo le regaló en un aniversario -irónico, cruel y metafórico- enciende otro, esta un poco ansioso, no puede evitarlo.
Se había dado cuenta de algo hace unos días.


Estaba enamorado de SeHun.


¿Extraño? ¿Irracional? ¿Innecesario?
Todo lo contrario, SeHun encendió su alma , las llamas no solo eran sexuales, eran pasión, era estar vivo, era sentir mas allá de la rutina y las buenas costumbres, era vivir, era saltar al precipicio sin saber si sobreviviría y sin embargo, claro que lo quería, quería estrellarse contra ese maldito abismo, si eso lo hacia sentir vivo.


Era un adicto a SeHun, a su cuerpo, a sus labios, a su pene, a sus jodidos jugos amargos y su comida insípida, a su obsesión por hacer ejercicio y a su desorden


Ilógico y a la vez coherente.


Era el villano, tal vez si, tal vez no, tal fueron las circunstancias, el pretexto o la razón o todas juntas.



LOVE /EXO. (De Amor e Infidelidad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora