LOVE /EXO. (De Amor e Infidelidad)

Epilogo Baekhyun

—¡Sueltame!  —El tono en su voz es  molesto.

—Ya, no seas gruñón, dame la mano.

Solo mueve la cabeza en negación.

—Anda ¿Si?

—Vamos eso es demasiado gay hasta para ti.

Pese al manoteo que se ha formado entre los dos, uno por querer tomarle la mano  y el otro por no dejarse, el de cabello oscuro  termina cediendo, permite que el otro enlace no solo su mano, sino también los dedos, uno por uno.

Caminan  al borde de la playa, con los pies descalzos, con los zapatos en la mano libre  y los pantalones arremangados, como todo un cliché, como un dorama básico, demasiado. Pero al igual es irreal.

Una pareja se acerca en dirección contraria, una pareja de hombre y mujer, lo natural, ellos platican, se ven enamorados, igualmente tienen las manos entrelazadas, como ellos. Al pasar a su lado , ella les da una sonrisa amable, el pareciera que no se da cuenta. Siguen su camino, sin miradas morbosas o expresiones de asombro.

—Ves, en este país la gente es más tolerante.

—Vaya que bueno que has probado tu punto, ahora me doy cuenta porque has tomado mi mano —Jala su mano en modo molesto.

—Ya no te molestes, si quieres puedo “Cortejarte” —El chico rubio voltea a verlo y le da una sonrisa ladina.

—¿Regresaste de un viaje a la edad  media? —Le dice entre broma y en serio. —¿Cortejarme? Esa palabra ya no se usa — Sacude la cabeza negando.

—Vaya, el romance está subestimado.

—Creo que eres la persona menos indicada para hablar de romance…eres mas sexual que romance.

—Me gusta el romance, aunque debo reconocer que me gusta más el sexo. —El rubio levanta una y otra vez las cejas.

—¿Sigues en lo mismo?

—Cuantas veces tengo que decirte lo mismo, ya no soy asi… solo bromeaba, he madurado.

—Bueno, todas las veces que ustedes terminaban, tú  siempre te refugiabas en ello…

—Deberías confiar en mi, eso era antes.

—Ok.

—¿No me crees?

—Dije Ok, significa que  te creo.

—Esta vez es diferente. — Mira al horizonte con orgullo, se han parado en algún punto de la playa. Está cayendo la tarde, el estúpido cliché se corona con la caída del sol, mostrando sus tonos rojizos y naranjas, muriendo lentamente, cediendo el permiso a la noche que se sabe llega quedamente, como pidiendo permiso, como pidiendo perdón por matar al día. La brisa es fresca, el silencio cómodo.

Pero no hay romance, ni confusiones, solo confesiones.

—¿Lo has olvidado?

—Jamás.

—Entonces no estas bien…

—Mejor que nunca.

—No entiendo.

—No lo he olvidado, ni lo olvidaré,  seria ilógico, a menos que me hicieran una lobotomía…

—Creo que para olvidarlo  deberían  extirparte el hipocampo, si fuese posible…