La música y las letras mueven nuestras almas, hacen latir nuestros corazones y nos llevan lejos de la realidad. Algunas veces nuestras historias inspiran a la música, pero otras veces la música nos inspira para crear pequeñas historias.
Music and le...
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You were wild and crazy, just so frustrating, intoxicating, complicated, got away by some mistake and now I miss screaming and fighting and kissing in the rain. It's 2 a.m. and I'm cursing your name. I'm so in love that I act insane, and that's the way I loved you.
Era un día común y corriente en Hogwarts, me levanté con todo el pesar del mundo para ir al Gran Comedor a desayunar y después iniciar con las lecciones del día. La primera clase era Herbología, definitivamente no era mi favorita, pero la prefería antes que Historia de la Magia con el profesor Binns. Desayuné lentamente mientras repasaba lo que vimos la clase anterior sobre la tentácula venenosa, no me entusiasmaba para nada tener que lidiar con esa planta, tenía fama de ser muy agresiva. Probablemente, lo único bueno de este martes era que no me tocaba ninguna clase con los Slytherin, así evitaría la molesta presencia de Emma Vanity, o eso creí.
—¿Quién masticó tu cabello, Mallory? —respiré hondo y traté de ignorarla. Había tenido que cortarlo porque Vanity "accidentalmente" tropezó y el contenido de su caldero acabó en mí, por supuesto que Snape no me creyó y en lugar de quitarle puntos a Slytherin, se los quitó a Gryffindor, porque me interpuse en su camino.
—¿Se te perdió algo? —escuché la voz de Fred atrás de mí, miré de reojo a Vanity y vi que puso los ojos en blanco.
—Vámonos, esto ya no será divertido —dijo la pelinegra y se fue junto con su séquito de amigas. Fred y George Weasley eran los únicos que la habían puesto en su lugar, sólo ellos se atrevían a meterse con ella y Vanity prefería alejarse antes de que volvieran a hacerle algo.
—¿Qué te dijeron? —preguntó George sentándose a mi izquierda, Fred lo hizo a mi derecha.
—Evidentemente se burlaron de mi cabello —dije terminando de tomarme el jugo de calabaza que quedaba en mi vaso. Trataba de no darle importancia, mi cabello volvería a crecer, sin embargo, me frustraba el hecho de que Vanity se saliera con la suya y arruinara algo que realmente me gustaba de mí. No tenía el mejor cabello, pero a mí me encantaba, largo y pelirrojo, ahora estaba muy corto, apenas y me pasaba la barbilla, ya no podía hacerme los peinados que me gustaban y Madame Pomfrey se negó a hacerlo crecer. Con el tiempo crecerá, me había dicho, no era justo.
—Debiste de haber ido con McGonagall —me dijo George casi regañándome, suspiré, tenía razón, pero no le dije nada a la profesora y ahora ya era muy tarde—. Pero se te ve bien, ¿verdad, Freddie? —volteé a ver a su gemelo, él solamente asintió y me dedicó una pequeña sonrisa, que yo le devolví. George era mi mejor amigo, desde el primer día que lo conocí, por lo general se la pasaba todo el tiempo con su hermano gemelo, pero aquella tarde que nos conocimos estaba solo. Fue muy fácil desenvolverme con él, algo que desde pequeña se me complicaba, pero no con George. Por el contrario, con Fred me costaba mucho trabajo entablar una conversación sin acabar discutiendo, cada vez que estaba con él sentía algo de tensión, me tenía que fijar demasiado en lo que decía para no darle armas contra mí. A pesar de que físicamente son iguales, Fred y George tenían personalidades muy distintas, compartían el amor por las bromas y los problemas, pero en todo lo demás eran bastante diferentes. Sabía perfectamente lo que me ocurría con Fred, pero no me atrevía a admitirlo tal cual, porque quizá él no sentía lo mismo. Él era de esa clase de chicos que coqueteaba con todas, nunca tenía algo serio con ninguna y yo no quería ser una más. Por supuesto que eso no lo hacía una mala persona, porque desde el inicio él dejaba claro que no quería algo serio, por eso no podía gust...
