Capítulo 10

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- Menos mal – dijo Sabela al ver entrar a las jóvenes por la puerta – media hora más y llamábamos a la policía

- Tampoco exageres eh – contestó María desde el sofá

- Vamos a ver Mari ¿tú qué harías si no aparecen?

- Buscarlas en un cuarto – le susurró Marta a África

- Buen punto – rio Áfri

- Seréis burras – intervino Miki que acaba de llegar

- Como si no lo pensarais el resto... - contestó Marta por lo bajo

- Eso da igual – añadió Marilia mientras Sabela hablaba con Natalia y Alba - ¿no están más juntitas?

- No sé – contestó Julia - ¿mides muy a menudo el espacio entre las dos Marilia?

- ¿Qué ha pasado? – preguntó Sabela

- Nada Sabeliña tu tranquila – aseguró la navarra – nada de lo que te tengas que preocupar

- Viniendo de ti... me espero lo que sea – dijo la gallega

- Estoy con Sabela – se levantó la madrileña – y, además, quiero saber lo que ha pasado

- Venga Mari – rio Natalia – me voy a la ducha

- Pero antes nos lo cuentas – dijo María colocándose al comienzo de la escalera, bloqueando la subida y la bajada

- Bueno – dijo la castaña acercándose a la madrileña - ¿me vas a dejar pasar? – preguntó divertida

- No, ya te lo he dicho, o nos lo cuentas o no subes – contestó María

- Vamos a ver – comentó Natalia mientras agarraba a la madrileña levantándola por el aire y colocándola del otro lado de la escalera – muchas gracias – sonrió subiendo al piso de arriba

- Joder ¿Por qué eres tan alta? – se quejó María – es injusto que lo sepas

.................................

- Hombre, si se digna a aparecer a comer – dijo África observando como la navarra bajaba por las escaleras - ¿Qué quieres de beber?

- Ya voy yo – se levantó la valenciana

- Pero si no sabes lo que quiere – contestó Sabela

- Claro que lo sabe – comentó la canaria por lo bajo

- Un vaso de agua con un hielo – dijo la rubia desde la cocina

- Ding, ding, ding bien Reche – asintió la navarra

- Tengo la sensación de que nos hemos perdido algo – le comentó Miki a Julia

- Claro ¿por quien me tomas? – contestó Alba

- Aquí hay gato encerrado – asintió Julia mirando al catalán. La verdad, Alba no prestó mucha atención a la conversación, básicamente se dedicó a mirar a Natalia; había cambiado; su pelo estaba más largo de lo que solía estar, su nariz era más fina que de costumbre, sus labios eran más carnosos y sus pómulos más marcados, solo había dos cosas que seguían como siempre; sus ojos, eran del mismo color marrón oscuro brillante de siempre, rodeados por esas largas y espesas pestañas negras; su forma de vestir era la misma, un poco más sofisticada, pero la misma dentro de lo que cabe, siempre combinando esa camiseta blanca (ahora camisa) con esos vaqueros rotos.

- ¿y tú que prefieres Alba? - pregunto Dave a posta, sabía que la valenciana no se estaba enterado de nada

- ¿yo? pues... lo que vosotros digáis

- Alba estamos hablando de que tiempo prefieres, el de Madrid o el de Inglaterra

- Ahh – contestó la rubia roja de vergüenza – pues... me da igual, el tiempo siempre cambia, ¿qué más da?

- Claro que sí – rio María – da igual pasar veinte días sin ver el sol, total en algún momento va a cambiar – añadió divertida – estas en la parra

- Perdón, tengo sueño – se inventó la rubia

- Súbete a echarte una siesta – contestó la gallega

- Vale – se levantó la valenciana - ¿a que hora salimos mañana?

- A las nueve – contestó Marta

- No Martita – rio África – a las doce

- Gracias – sonrió Alba dirigiéndose a su habitación – avisarme si me quedo muy dormida porfa

.................................

- Hola guapa – apareció la castaña en la habitación de la valenciana a la media hora

- ¿Cuándo vamos a decírselo al resto?

- Creo que van a terminar dándose cuenta – contestó Natalia sentándose en la cama – menuda forma de mirar – rio

- Perdón – se sonrojó la rubia – pero coincido, tenemos que decírselo en algún punto de la vida

- O podemos no contárselo – rio Natalia

- Claro y Marta puede matarnos también – contestó la valenciana divertida

- Voy a por agua ¿quieres algo? – se levantó la castaña

- No gracias – contestó Alba volviendo a tumbarse

- Ahora vuelvo

- Preciosa – sonrió la rubia

- Guapa – contestó la navarra antes de abrir la puerta – qué coño – dijo al encontrarse a los catorce jóvenes del otro lado

- Te lo dije Miki, me debes veinte euros – gritó la canaria desde el final del mogollón

- Por favor decirme que no lleváis ahí un rato – pidió Alba

- Desde que ha entrado Natalia – asintió África

- ¿se puede saber en que momento perdimos el derecho de privacidad? – preguntó Natalia

- No te preocupes – rio Marta – vosotras nunca lo habéis tenido

- Me pido ser dama de honor en la boda – dijo Julia

- Yo también – añadió Marilia

- Yo me pido ser el cura – rio María

- Bueno, por lo menos no hemos tenido que contárselo directamente – le dijo Natalia a Alba alucinando con su grupo de amigos 

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⏰ Última actualización: Feb 17, 2019 ⏰

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