La cena transcurrió bien, en donde vieras había un chico hormonal haciendo algo estúpido de lo que todos reían a carcajadas (incluyéndome, claro está), la alegría y tranquilidad era palpable hasta cuando nos acusaban a Ethan y a mi de tener algo amoroso, obvio y le pagábamos con la misma cara de la moneda y se quedaban callados apenados; luego de comer cada quién se dirigió a su respectiva habitación porque la tarde en el lago estaba pasando factura y querían aprovechar para jugar con los celulares antes de que se fuera la señal (si señores, en este lugar no hay buena señal y no hay WiFi [la ruina]). Como ya se estaba haciendo costumbre, Ethan me llevó en su espalda hasta nuestra habitación en donde me tiró con mucha delicadeza.
«“Nuestra” -voz ridículamente aguda-; ya pareces una adolescente enamorada, Josefina».
Otra vez tu.. ¿Que no te habías largado?.
«Para tu dolor de cabeza y pesar, no; soy tu mente y lamentablemente debo quedarme contigo para toda la eternidad» hablaba con tanto pesar que hasta creí por un momento que yo era el fastidio.
Calatela. <Dícese la persona que tiene que soportar una actitud o cualquier situación pesada/fastidiosa>.
« Jodete».
– Hey!! – Me quejé mientras me incorporaba con el ceño fruncido.
–¿Quieres dormir? – Preguntó, acostándose a mi lado.
– Ethan, sabes que eso no se pregunta ¿verdad? – Inquirí alzando una ceja para seguidamente acomodarme en mi lado de la cama.
– Bueno ya, ya – Alzó las manos en son de paz alargando las palabras –; la gatita es agresiva pasiva entonces – Comentó burlón acomodándose a mis espaldas. Le lancé un cojín pequeño blanco que se encontraba en el piso.
– ¡Auch! ¿Era necesario? – Preguntó como niño chiquito.
Giré mi cabeza y lo fulmine con la mirada por unos mínimos segundos para poder acomodarme, ahora si, y dormir. Me apoyé en mi brazo izquierdo mirando mi lado de la cama dándole la espalda completamente a él y minutos después sentí como copió mi acción, literalmente; se fue apegando tanto a mi como pudo.
Pos, no mi ciela.
– Nu, nu, nu, nu, nu, nu, awantaa ¿que crees que haces? – Pregunté intentando levantarme pero estúpidamente caí al suelo de bruces.
¡Oh mira, puedo ver a el Hombre Hormiga desde aquí!.
–¿Te caíste? – Hay que recalcar que su tono de burla no pasaba para nada desapercibido. Puse mi mejor cara sarcástica.
–¿Que? Puff ¡No!, sólo me preguntaba si los vengadores existian y pues, eme aquí buscándolos – Ironía y sarcasmo, son hermosos ¿cierto? –. Patán.
Me ayudó a levantarme y se echó hacia su lado entendiendo mi indirecta- accidental-improvisada caída reciente haciendo el mejor papel de estúpida.
¡¿Donde rayos está mi Oscar?!.
Cubrí mi cuerpo con las sábanas y apagué la luz de mi mesa de noche para dejar que Morfeo me lleve en sus brazos.
\×_×/
Al despertar fui abriendo los ojos lentamente para ir acostumbrandome a la luz que se filtraba por la ventana, la cual quedaba en todo el frente de la cama; al abrir completamente los ojos intente estirarme pero sentí un brazo enroscado por la cintura, por un segundo me asusté, pensé en como gritar y visualice todo objeto para una posible defensa, pero luego recordé que Ethan era el que estaba a mi lado esa mañana así me voltee lentamente para quedar frente a frente con él y encarar a la persona perfecta que estaba dormida y me había ocasionado un susto de infarto.
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Viviendo con 6 playboys (pausada)
RomanceSoy Samantha Adriana Chesterfield Makovitch, tengo 18 años. Soy un poquito callada me enfoco en mis estudios ( noten mi sarcasmo) y mis padres murieron a los 15 años, fue el peor día de mi vida; tenía un hermano mayor y murió. Desde entonces estoy d...