Dulces

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Me encontraba comiendo dulces en el bosque, sentado en una mesa clásica, disfrutaba de unos buenos postres de muy alta variedad.

Eran deliciosos, la tranquilidad y el dulce de aquellos postres entraban en un estado de relajación perfectos.

No sabía a quién esperaba, pero sabía que mis amigos no tardarían de llegar de su aventura, y que podría comer tranquilamente hasta que ellos llegaran, siempre había dulces apenas parpadeaba o desviaba la mirada.

Sinceramente, no pasaba nada raro en el lugar, todo era tan tranquilo y silencioso, tanto, que empecé a sentirme incomodo sin ninguna razón. No entendía el origen de mi incomodidad, era como si algo estuviera fuera de lugar pero no había nada extraño.

Ignore la incomodidad que se acrecía como una estática en mis oídos y en el contraste de mi vista, sólo seguí comiendo.

La incomodidad crecía cada vez más, sentía un fuerte estado de pánico invadiéndome, una fuerte confusión del entorno me atormentaba.

Me levante rápido de mi silla, mirando a todos lados y desenvainando mi espada. No había nada.

Mirara a donde mirada, todo estaba perfectamente en orden. Entonces, ¿por qué? ¿Por qué estaba tan confundido y asustado?

Escuche un leve chasquido debajo de mis pies, en ese momento recordé, a los gigagusanos les gustan los dulces, tanto, que hacen pasar sus huevos por unos para luego comérselos...

Desperté.

Dulces sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora