Dulces sueños

Te atrape

Entre calmado al bar, una noche agradable y activa como cualquier otra mirando a los perros en el póker y a las vacas en zapatos discutir en billar. Quería pasar un rato simple ya que estaba para esperar a la sobrina de mi novia a quien debía llevar a la pizzería.

Pedí algo sencillo, una coca de vainilla para beber mientras esperaba, justo a mi lado se encontraba un viejo particular y carismático quien se mofaba de que pidiera aquella verdosa bebida de niños en un bar. Hable con él un rato, sus temas eran modernos y elocuentes, alguien realmente de cultura con muchos dotes en el área intelectual, curioso le pregunte que le traía por allí.

Con un poco de sarcasmo resaltado en sus bigotes, señalo el plato a su frente y respondió en tono alegre.

—Este sándwich de queso...

—Vaya, ¿no es un plato muy infantil para un bar?

El viejo empezó a reírse ante mi irónica broma, me dijo cortésmente que le agradaba mi presencia y que me brindaría ¿cómo no? Un similar a su plato con el fin de entender el porqué de su respuesta. No me negué, pacientemente esperé a que se generada el plato a su costado y humildemente el anciano me lo paso a mi mano. Lo agarre sutilmente.

Antes de siquiera poder apretar el plato, su otra mano me agarro fuertemente y de un solo empujón me tiro al agua del pantano.

—Te atrape...

Su rostro se había vuelto decrepito y sus rasgos se pudrían frente a mí mientras aquel helicóptero en llamas finalizaba su vida detrás de él.

El turbio clima de la lluvia aturdía mi vista mientras sus manos apretaban ferozmente mi cuello contra el agua, ahogándome lentamente mientras todo se volvía gris.

Desperté.