Espejos

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Los odiaba, odiaba ver mi reflejo en esas cosas, cristales antinaturales que mostraban todo lo que tuviera en frente. Los espejos me habían incomodado toda mi vida, los detestaba enormemente.

Mi trabajo en el restaurante era placentero, no había nada de eso, salvo por momentos en los que debía entrar al baño para acomodar algunas cosas.

Era un día normal en el trabajo, llevar carritos de una mesa a otra, lo usual.

—Angel, ¿Puedes llevar el carrito 5 al baño? Saca unos 4 flanes de chocolate y llevalos a la mesa 3...

—Entendido.

Agarre el carrito designado y me acerque poco a poco al baño, entre de espalda como de costumbre y deje el carro frente al lavado, trate de no mirar mucho el espejo enorme que había allí y me acerque a una de las puertas de los retretes, abrí la que decía "descompuesto" y me encontré con una gárgola de piedra algo frustrada.

—4 de chocolate... —Le pedí de forma rustica.

—No saben cuándo dejar de joder, ¿verdad? —respondió ella, mientras abría el refrigerador de su pecho para sacar los flanes y dármelos.

—Sí, sí, por algo te pagamos. —agarre los flanes y cerré la puerta, fui a montarlos al carrito pero no pude evitar ver el reflejo en el espejo.

Aunque frente a mí no había nada, en el reflejo veía como una masa amorfa de carne con una protuberancia llena de agujeros que asimilaban a un rostro triste empezaba a retorcerse sobre el carrito, al igual que mi reflejo batallaba contra un tentáculo de carne que brotaba de su boca, terminando en una boca circular y puntiaguda.

Sin siquiera dudarlo tire los flanes y salí corriendo a la puerta del baño, pero mi vista se nublo y caí al suelo. Me levante en un entorno tétrico y demacrado, podía escuchar los alaridos de la masa de carne detrás de mí. Salí rápido de esa habitación y vi una versión destrozada del restaurante, corrí a la salida para buscar salvación pero varios verdugos encapuchados con cierras empezaron a verme desde fuera, sin tardar en querer seguirme.

Escape con todas mis fuerzas a la cocina del restaurante, cogí uno de los cuchillos de carnicero que estaban allí, sin embargo, por mi prisa no logre ver lo que ocurría dentro de la cocina, vi devorando a uno de los cocineros a un lagarto bípedo y sin brazos quien al notar mi presencia no tardo en buscarme caza también.

Las horas de mi huida pasaron, logre entrar a una habitación de una casa donde se encontraban muertas dos personas, un cocinero con un cuchillo en mano pero desangrado y uno de los verdugos con el cuello atravesado. Estaba harto de toda esta mierda.

Agarre el saco de mascara del verdugo y me lo coloque encima, agarre su cierra y decidí salir de la habitación, mis ojos se toparon con esa bestia bípeda devorando a un verdugo, mientras estos lo veía algo apartados, como si le obedecieran, rápidamente voltearon a verme junto a la criatura.

Desperté.

Les hubiera ganado... creo.

(criatura del sueño)

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(criatura del sueño)


(video el cual posiblemente inspiro a mi mente para esto, junto con alguno que otro Silent Hill y Resident Evil 4)

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