- Capítulo 16

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— ¿Cómo fue que ocurrió? — Pregunté sin pelos en la lengua.

— ¿Qué cosa? — Consultó mientras trataba de calmarse al igual que yo.

— ¿Cómo fue que te hallaron zayn? Quizás, solo debemos juntar pistas y pedirle al hombre, a tu jefe, que te de una nueva oportunidad.

— Jenni, me maté, ¿Comprendes? — Dijo enfadado

— Pero...

— ¡No! — Gritó — Jamás habrá otra oportunidad para alguien que decidió acabar con su vida por decisión propia. Es ley.

— Zayn — Sollocé — No te pueden impedir vivir.

Acarició mi espalda y besó mi frente con cautela.

— Ni siquiera el paraíso es la gran cosa — Susurró y me estiró una de sus pálidas manos.

— Aún así sientes dolor — Reclamé entre dientes.

El chico asintió y enrolló mi cintura con uno de sus brazos.

— ¿No crees que ya es hora de dormir? — Dijo en un susurro mientras me arrastraba hasta la cama.

— ¿Juntos? — Consulté con la esperanza de que dijera que sí.

— Como siempre.

Me recosté sobre la cama y Zayn a mi lado. Empecé a observarlo fijamente, sus ojos, su nariz, sus hermosos labios...

  — ¿Qué tanto miras? — Dijo en tono burlón

  — Simplemente lo bello que eres... Me haces sentir tan... Nerviosa — Dije tímidamente, y sin darme cuenta me quedé dormida y abrazada a él. Sintiendo ese calor tan especial. Sintiendo el latido tan tranquilo de su corazón y la reconstrucción del mío. Sintiendo su aliento chocar contra mis labios, y deseando que aquello fuese para siempre. Que en nuestra historia no exista un último beso, una última caricia, que no exista un último adiós.

Parpadeé antes de abrir los ojos del todo y observe mi habitación completa, Zayn no estaba.

Me puse de pie a duras penas he ingresé al baño para tomar una cálida ducha.

Luego de quince minutos me encontraba lista para bajar a desayunar.

— Ma, ¿has visto mi...

No terminé la oración al ver que se encontraba conversando animadamente con una de las personas, la cual jamás imaginé volver a ver.

— Jennifer veo que estas como nueva — Susurró amablemente.

Asentí, mi estado era en shock, no podía creerlo.

— Hija, Grace ha venido a visitarnos — Dijo mi madre y se puso de pie junto a la mujer. Un extraño escalofrío recorrió mi cuerpo recordando aquel día.

Grace, la madre de Cody se encontraba en mi casa.

— ¿Cómo te ha ido con la recuperación? — Preguntó la mujer mientras se acercaba para abrazarme.

— Bi...bien — Dije asustada mientras me envolvía en sus brazos.

— Jenni ¿Te encuentras bien? — Consultó mi madre algo intranquila.

Negué con la cabeza. Y entonces el timbre de la casa sonó.

— ¡Yo voy! — Grité y salí corriendo hacia la entrada.

Abrí la puerta rápidamente y allí estaba de pie zayn. Por suerte, aun podía sentir cuando le llamaba. Quizás no podía leer mi aura pero aún podía recibir mis llamados.

Me lancé a sus brazos y traté de tranquilizarme en estos.

— Tranquila ya se irá — Dijo refiriéndose a la madre de Cody — Pero ella no es como su hijo.

— ¿Cómo lo sabes? — Pregunté.

— Sólo lo sé — Me anunció.

Entró a la casa tomado de mi mano y mi madre sonrió.

— Zayn, ¿Cómo has estado? — Preguntó.

— De maravilla.

— Hola — Dijo Grace saludando a mi chico.

— Hola — Murmuró Zayn.

— Mamá, saldré con Zayn — Le anuncié.

— ¿A dónde van los tortolitos? — Preguntó divertida.

— Por allí — Dije y comencé a empujar a zayn para salir lo más rápido de la casa.

Ya afuera comencé a caminar pero Zayn de un leve jalón me detuvo.

— Ni creas que caminaré hasta la casa de Harry — Susurró y comenzó a reír.

— ¿A no? — Pregunté.

Negó con la cabeza y me condujo hasta un auto, una camioneta aparcada a la salida de mi casa. El color rojo era tan llamativo que no pude creer lo despistada que estaba al no verlo antes.

— El auto es hermoso — Susurré embobada.

— No se compara contigo — Dijo haciéndome sonrojar. Le codeÉ el pecho y quise abrir la puerta para entrar, pero él con amabilidad y rapidez la abrió antes que yo.

— Aún tenemos algo de tiempo antes de ir a la casa de mi familia — Dijo sonriendo ya dentro del auto.

— Sí — Susurré.

— ¿Te parece si vamos a dar una vuelta? — Consultó algo nervioso.

— ¿Una vuelta? — Pregunté sin entender.

—Ya sabes, ¿No?

Negué con la cabeza y luego me eché a reír. Me acomodé a su lado y besé su mejilla.

— Sabes que puedes llevarme a donde quieras — Murmuré y besé sus labios lentamente.

Zayn sonrió y comenzó a conducir sin dejar de mirar la carretera. Sin distraerse con mis caricias, ni con mis pequeños besos en su cuello...

Mi Ángel GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora