Capítulo 4: Gracias

33 5 0
                                    

-No me puedo mover, ¿Qué está pasando? ¿Dónde estoy? Esto es... ¿Un sueño? Estoy en la librería de siempre, en el mismo puesto, junto a la ventana, veo al fondo a Levi con Rebeca; están en la calle, donde lo vi la primera vez, están de la mano, alguien se está acercando a ellos, lo que está sacando es... ¿Un arma? ¡¡¡Levi!!! Un fuerte ruido se escuchó, mis ojos no pudieron ver nada más, puedo escuchar ruido de la gente y... Creo que escucho a mi hermana llamarme de lejos...

-/¡Ivi! ¡Ivi!/

-¿Estoy... Llorando?

-/¡Ivi! ¿Estás bien?/

-¿Estoy... despierta?

-¿Ivi? Estoy contigo.- Un abrazo que quería secar sus lágrimas.

-¿Elisa? ¿Por qué lloro? Es un sueño. Recién conocí a Levi ayer, ¿Por qué?

-¿Por qué lloras?

-¿Por qué... Lloro? No lo sé.

-¿Estas bien?

-Si, estoy bien.- Voz suave y sin fuerzas. -¿Estoy bien?

Lagrimas brotaron de los ojos de su hermana. -No quiero otra tristeza.- Sollozó. -Me asustaste. Gritaste, cuando entré para ver que te pasaba, estabas sudando y tu respiración era acelerada. Pensé que...

-Perdón...- Acaricio su lacio cabello que reposaba en su pecho.

-No te disculpes, no es tu culpa. Sé que lo menos que quieres es verme llorar, pero si tu lo haces no me puedo contener.

-Gracias por preocuparte.- Abrazó su cálido cuerpo.

Negó con su cabeza estando en los brazos de Ivette. -No debes de agradecer, debemos de preocuparnos por lo que queremos y por lo que amamos.

Ivette separó a su hermana de sus brazos, la miró con ternura y secó sus lagrimas con delicadeza. -Tu abrazo secó mis lagrimas, espero poder hacer lo mismo.

Mantuvieron un abrazo cálido, abrazándose entre si, no fue suficiente el tiempo, pero el tiempo pasaba y tenían que separarse.

Al estar una vez más frente a frente Ivette la miró con una pequeña sonrisa.

-Lo conseguiste.- Le dijo con voz suave a Ivette. Se levantó de la cama y sin decir una palabra más, salio del cuarto.

-No es común en ella abrazar, y peor aún llorar, pero cuando lo hace, lo hace de verdad, y por eso la admiro.

Ivette se levantó y fue a la sala a desayunar, y ahí estaba su hermana, sentada leyendo un libro. Estuvieron normal, lo ocurrido no afectó a como son diariamente.

-Buenos días.- Dijo Ivette con una sonrisa.

-Buenos días...- Respondió su hermana bajando el libro.

Ivette hizo el desayuno y sirvió la comida cuando estuvo lista.

Al estar sentadas desayunando comenzaron a conversar.

-¿Hoy vas a ir a la librería temprano?

-Si, te dejare el almuerzo hecho, no tengo clases hasta la una así que podre cocinarte hoy.

-Gracias...

-Si pudiera lo haría siempre.

Al terminar de comer Ivette se sentó en el mueble junto a su hermana y al igual ella se puso a leer un libro.

Al pasar el tiempo su hermana se dio cuenta que a Ivette se le estaba haciendo tarde, pero no dijo nada, pensó que se había olvidado de cocinar así que la dejo que siguiera leyendo.

Cerca de EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora