Muñeco de porcelana [RenMin/JaeJun]

¡Salta, así!

Ser un caballero implicaba mucho trabajo, ya que al muñeco de trapo con complejo de príncipe se la había ocurrido la gran idea de explorar la casa de la bis-abuela Mingtang.

No era una casa tan grande, pero Renjun le tenía un gran temor a las alturas y ahora mismo... debía bajar de la mesa.

—No, no, no, renuncio —aclaró el muñeco, mirando desde la orilla de la mesa al príncipe que se hallaba abajo.

—Vamos, no es tan alto —dijo risueño el príncipe.

Otra vez el muñeco de porcelana había caído en esa sonrisa y por un segundo vio la posibilidad de saltar. Pero no estaba tan loco.

—No lo haré, hace muchos años que no bajo de aquí... —susurró alejándose de la orilla.

Jaemin frunció el ceño.¿Cómo era posible que el muñeco no pudiera salir de allí? Sería muy aburrido estar en el mismo lugar por tanto tiempo.

Pronto a Jaemin se le ocurrió una idea.

Tomó el chaleco que Ling había dejado y lo arrastró hasta bajo la mesa. Era un chaleco realmente esponjoso, no le pasaría nada a su guarda.

—Renjun~ ya no es peligroso mira —le llamó, observando como el muñeco se asomaba tímidamente desde lo alto de la mesa.—¡Ahí estas! Mira, este chaleco se Ling es muy muy suavecito y no te haras daño, solo salta.

Renjun le miró aún con desconfianza, pero no pudo evitar sentir un poco de entusiasmo, por fin bajaría de la mesa, ¿hace cuando no salía de allí? Unos 8 años serán... Debía saltar definitivamente, era su oportunidad.

El muñeco se paró y con toda la decisión de su corazón de porcelana, cerró los ojos y dio un paso al vacío.

Error... Debió revisar bien primero la ubicación del chaleco pues no estaba cayendo sobre este ahora.

Por suerte Jaemin reaccionó a tiempo, saltó y con unas vueltas llegó a tiempo para atrapar al muñeco. Pensó que el muñequito quería suicidarse o algo parecido pero por la mirada de confusión y miedo que llevaba Renjun, de inmediato comprendió que había sido torpeza en su máxima expresión.

—¿Qué...

—Tienes suerte —le interrumpió.—al parecer soy tan suave como el chaleco de Ling.

Renjun había sido atrapado y de hecho pido comprobar que, efectivamente Jaemin era muy suave... Ahora se encontraba sobre el muñeco, pero parecía más bien estar sobre una nube.

—Eres mucho más suave principe Jaemin —rió Renjun, nunca en su vida había sentido algo tan suave.—Muy muy suave...

No lo pensó y solo recostó su cabeza sobre el pecho del muñeco.

¿Qué hizó Jaemin? Fácil, había caído rendido, el muñeco le había sorprendido, primero con su posible suicidio y luego con su repentina forma de acurrucarse sobre el. Tenía mucho miedo de moverse y hacerle daño al chico.

Pero aún así permanecieron juntos por un rato más antes de salir a explorar.

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