Narrador en tercera persona.
Después de aquel beso tan raro, como inesperado para Zeus y Adara, la tensión era obvia, ya que estando en la oficina de Insha ninguno se miraba, cualquiera que los viera podría notarlo a millas.
Adara sentía un mar de emociones que no creía que volvería a sentir, ¿El porqué? No os lo diré, todavía, porqué ni ella misma lo sabe todavía.
Por otro lado, Zeus, la había besado, el a ella, no sabía como habían llegado hasta tal punto, pero ahí estaban en otra sesión de fotos, sin embargo está vez todo era tan distinto.
Ya no tenían la misma conexión, pero eso pronto volvería a la normalidad. Al terminar la sesión cada uno se dirige para aclarar sus próximas sesiones y alguna que otra entrevista e invitaciones a galas, reuniones Adalia nunca podría haber imaginado que le fuera a ir tan bien en el mundo del modelaje, se sentía mas guapa y poderosa que nunca.
Tanto ella como Zeus, querían hablar de lo de ayer, pero por sus sentimientos encontrados ninguno daba el primer paso.
Hasta que nuestra protagonista, corre de repente como si su vida dependiera de ello subiéndose la coche de Zeus.
—¿Qué cojones Adalia?- Zeus la mira sin dar crédito.
—Cállate, ni yo misma se que hago aquí. - Dice abrochandosé el cinturón— Llévame a algún lado, por favor.
—¿A dónde quieres que te lleve? Yo iba a mi puta casa, a beberme una botella de Whisky y a dormir hasta que fuera un día nuevo— El intenta descifrar que está pasando, porque ella le está pidiendo eso, pero no lo mira, no dice nada.
A Adalia le cuesta unos segundo, recomponerse pero al final lo consigue y entonces su boca se vuelve de cerrar como si las palabras que fueran a salir de su boca rajan su garganta al intentar al salir de ella, pero no eran palabras, era un nombre.
—Si quieres que te lo explique tendrás que sacarme de aquí y darme una de esas botellas de Whisky -.
Sin mediar ninguna palabra, ni mirada más Zeus arranca el coche y pone rumbo a su casa, aunque no esta muy seguro de que sea una buena idea después de lo ocurrido...
Tras casi una hora de silencio y alguna que otra mirada entre ellos muy tensa, han llegado.
Narra Adalia.
Guauh.
La verdad es que no se como describir la casa de Zeus, mas bien es un chalet de tres plantas, con una piscina enorme, un garaje con dos coches a cada cual más caro, su exterior tiene un aspecto limpio que se basa en gris y negro, desde mi punto de vista muy elegante.
Pero si su exterior me llamaba su atención su interior, no tiene ni punto de comparación, sus muebles son negros, quitando alguno que otro en blanco lino que le da un toque que nunca había visto, su cocina está compuesta por todos los electrodomésticos que puedas imaginar, sin mencionar que es casi del tamaño de toda una planta, su barra americana es de madera cruda que combina con los cajones de la increíble cocina.
Me siento en uno de los taburetes de su barra en completo silencio, se que esto no es la manera de afrontar una situación difícil pero es lo único que se me ocurría, lo único que se a pasado por mi cabeza en ese momento.
—Claro, siéntate como si fuera tu casa- Dice mientras saca una botella de cristal con lo que se puede ver claramente que es Whisky y dos vasos, introduciendo en ellos un cubito-.
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Todo o nada.
RomanceAdalia de 19 años, solo buscaba un trabajo para no tener que irse de nuevo a casa de su madre, pero quien imaginaria que su nuevo trabajo seria totalmente diferente a lo que ella pudiera haber imaginado. Y como no Zeus,su nuevo compañero le haria ve...