Luego de varios años de trabajar y resolver casos juntos, la última vez que el famoso trío de investigadores de Scotland Yard, compuesto por Owen Prouds, Pierce Smith y Willie O'Brien, estuvo unido fue en un crucero. El barco partía de Gran Bretaña y se dirigía a América del Sur. El trío de detectives investigaría la misteriosa muerte del presidente de uno de los países sudamericanos, aunque en el medio del viaje ocurrió la tragedia que cambió todos los planes.
La tarde del día anterior el detective O'Brien estaba viendo el mar desde la parte trasera del barco. Hacía bastante calor y esto se debía a que acababan de pasar la línea del Ecuador. El diminuto hombre abría y cerraba los ojos de cuando en cuando. Los mantenía abiertos por unos treinta segundos más o menos, y los mantenía cerrados por la misma cantidad de tiempo, en un intento por disfrutar del viento y de la sensación de estar moviéndose en un barco, con los ojos abiertos y con los ojos cerrados.
Se dio vuelta al oír los gritos y los observó. Prouds y Smith. Estaban discutiendo, lo cual no le resultaba totalmente extraño a O'Brien, pues muchas veces sucedía, aunque por distintos motivos. O'Brien observó cuando Pierce Smith se marchaba furiosísimo en la otra dirección, y cuando Prouds se acercaba a él luego de darse cuenta de que estaba presenciando la pelea a lo lejos.
—¿Qué ha sucedido ahora? —interrogó O'Brien. Prouds revoloteó los ojos en su camino hacia su minúsculo compañero.
—Se está quejando de lo mal que le está haciendo el viaje, lo de siempre —contestó. O'Brien lo miró extrañado.
—¿Lo mal que le está haciendo el viaje? —repitió.
—Sí, dice que siente náuseas y que no ve la hora de llegar a destino.
—Ah, nunca le había oído decir eso —dijo O'Brien pensativamente—. ¿Y por eso estaban discutiendo?
—Está un poco insoportable cuando está con ese humor —dijo Prouds sacudiendo la cabeza.
Luego, ambos hombres siguieron hablando durante un rato más sobre asuntos triviales, hasta que Prouds se alejó. O'Brien se quedó observando casi con aburrimiento el océano mientras pensaba en muchas cosas, aunque ninguna importante.
Esa misma noche, como era usual, los tres detectives de Scotland Yard estaban bebiendo tragos en el bar del crucero.
—Lo que yo no entiendo —dijo Pierce Smith sonriendo tontamente y moviendo la cabeza de un lado a otro— es por qué nosotros nos tenemos que encargar de investigar un caso de un presidente de Sudamérica. ¿Por qué no se encargan los policías de ese lugar?
Dicho esto, Smith comenzó a reírse tontamente. El hombre estaba realmente muy borracho.
—Porque son todos unos inútiles, ¿qué no es obvio? —contestó Prouds, quien era el más sobrio de los tres. A Prouds nunca le había gustado beber demasiado.
—Prouds, ¡por favor! No sea tan bruto —dijo O'Brien, quien no estaba tan borracho como Smith pero tampoco tan sobrio como Prouds. Lo cierto es que era muy gracioso ver al pequeño hombre con la mirada un poco perdida y dejando caer su cuello hacia los costados. A Prouds le resultaba un poco divertido y por eso miraba a su compañero con cierta gracia, aunque era Smith a quien le resultaba más gracioso, porque de hecho todo le resultaba gracioso a él estando en ese estado.
—¡No puedo creer que Willie haya tomado de más! —exclamó con una sonrisa de oreja a oreja.
—¿Que yo he tomado de más? ¡Mira quién habla! —replicó O'Brien con una tonta sonrisa.
—Por el amor de Dios, los dos están de lo más borrachos —dijo Prouds—. ¿Por qué no pueden ser personas serias como yo?
Tanto O'Brien como Smith miraron al cabecilla del trío y largaron una carcajada en su cara. Prouds se pasó una mano por el rostro, como limpiándoselo, y dijo:
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Diez Casos del Trío de Scotland Yard
Misterio / SuspensoUno de los tríos de detectives más famosos de Scotland Yard, integrado por los detectives Owen Prouds, Pierce Smith y Willie O'Brien, viven diversas aventuras en las que se presentan ante increíbles casos de horribles crímenes e indescifrables miste...