—Soy Hans Whispy —dijo el hombre apenas abrió la puerta. El trío retrocedió un paso producto del susto. El hombre era pelirrojo, muy alto (de la misma altura que Pierce Smith, uno de los integrantes del trío de investigadores de Scotland Yard) y de ojos marrones.
—Ho-hola señor —dijo Owen Prouds, el segundo integrante del trío—, qué susto nos ha dado.
Mientras tanto, Willie O'Brien, el tercer integrante del trío admiraba la increíble estatura del hombre.
—Lo lamento, estoy muy nervioso por lo que ha ocurrido. ¡Hoy es sin duda el peor día de toda mi vida! —exclamó el hombre.
—¿Usted quién se supone que es? —le preguntó Prouds.
—Yo soy el mayordomo del señor Gilbert Cammus, el hombre que... ¡oh, por Dios! Que ha sido asesinado.
El señor Cammus se veía efectivamente muy triste por lo ocurrido.
—Ya veo, bueno pues, yo soy el detective Prouds, y ellos son los detectives Smith y O'Brien. ¿Nos permitiría pasar y llevarnos a la escena del crimen? —dijo Prouds.
—Oh, sí, por supuesto —dijo el señor Whispy haciéndose a un lado. El trío, encabezado por Prouds, entró en la casa. O'Brien observó rápidamente la sala principal a la que habían ingresado—. Hay que subir. La escena del crimen es en el ático. Síganme.
El señor Whispy se dirigió hacia las escaleras, seguido de los tres detectives. O'Brien giró la cabeza cuando notó algo o alguien que se movía detrás de una ventana, pero cuando fijó su vista en ella no pudo ver nada.
Los cuatros hombres subieron las escaleras y, cuando estuvieron en el segundo piso, el señor Whispy se dirigió a una angosta escalera que al parecer conducía al ático.
—Por aquí —dijo.
—¿Por aquí se sube al ático? —interrogó Prouds, algo extrañado.
—Así es.
—Ah, creí que tendríamos que subir por la escalera... usual.
El señor Whispy se dio la vuelta para mirar a su interlocutor, aunque no se veía extrañado ni nada por el estilo.
—Oh, sí, sé a lo que se refiere, ¿ve eso? —el hombre señaló una figura rectangular que resaltaba en una parte del techo—. Ahí es donde estaba antes la entrada al ático. Una escalera de madera se deslizaba y uno subía al ático por ella.
—¿Y por qué ya no está más? —interrogó Prouds.
—El señor Cammus la quitó porque le molestaba. Prefirió construir esa escalera y hacer una puerta de tamaño normal como entrada al ático —dijo el señor Whispy con tristeza.
—Bueno, supongo que eso tiene sentido —dijo Prouds—. Así es más fácil y cómodo acceder a un ático.
—Sí, aunque no lo hizo sólo por eso. Lo cierto es que al señor Cammus le gustaba cerrar la puerta con llave cuando estaba en el ático, el cual para él era un estudio.
—¿Un estudio?
—Sí, el señor Cammus era escritor. Y cuando se dedicaba a la escritura no quería que nadie lo molestara, por eso cerraba la puerta con llave. ¡Por eso es un misterio de lo más particular! —exclamó el señor Whispy.
—¿A qué se refiere, señor? —le preguntó Prouds.
—Miren, suban y les enseñaré a qué me refiero.
Dicho esto, el señor Whispy subió la escalera y atravesó el marco de una puerta que estaba tiraba abajo, evidentemente por la fuerza de una patada o por el uso de alguna herramienta contundente. Había, en efecto, un gran martillo a un costado de la puerta. Los tres detectives entraron en el "estudio" momentos después, encontrando el cuerpo de un hombre sentado en una silla e inclinado sobre el escritorio que estaba frente a la silla. Pero el cuerpo de ese hombre no tenía cabeza, la cual localizaron a unos pocos metros del cuerpo, al lado de una estantería, la cual estaba a uno o dos metros de la puerta que estaba en el piso. Debajo del escritorio y de la silla sobre la que estaba el cadáver, y alrededor de la cabeza, había importantes charcos de sangre.
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Diez Casos del Trío de Scotland Yard
Mistero / ThrillerUno de los tríos de detectives más famosos de Scotland Yard, integrado por los detectives Owen Prouds, Pierce Smith y Willie O'Brien, viven diversas aventuras en las que se presentan ante increíbles casos de horribles crímenes e indescifrables miste...