Capítulo 2

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I'm a little bit right on time

¡Vamos, Lara! Oh llegaras tarde a tu primer día de clases. — gritó mi madre desde el primer piso.

Bien, en mi mayoría estoy nerviosa y eso no es bueno porque desde que desperté mis manos han estado congelando todo lo que toco y eso no es una buena señal.

Me mire al espejo una última vez y revisé que la falda del uniforme no estuviera muy arriba. Mis padres, me inscribieron a una escuela privada ya que piensas que serán "más respetuosos" que en una escuela pública. Sinceramente me da muy igual, estaría nerviosa de todas formas.

Tome mi mochila con cuidado y congele una parte de esta, la colgué en mi hombro derecho y salí de mi habitación congelando la manilla. Baje las escaleras con cuidado de no tocar nada y llegue hasta la cocina.

— Ya estoy aquí, mamá. — hablé cuando baje.

— Lara, que bueno que bajaste. — su vista viajó hasta mis manos —. Estas nerviosa, ¿No es así? — sonrió al ver el humo que salía de mis manos.

— Demasiado. — intente sonreír.

— Solo tranquilízate, verás que te irá muy bien. — sonrió.

— Eso espero.

—Bien, siéntate a comer algo, tu padre ya casi baja.— dijo mamá

Me dirigí al comedor, casi siempre desayunaba lo mismo. Cubos de hielo con azúcar.
Estos me ayudaban a controlarme mejor en un ambiente cálido. La última vez que estuvimos en un ambiente caluroso como es Los Ángeles, me enfermé y no lo digo como si hubiera sido un simple resfriado. Literalmente, mi piel estaba completamente caliente y sentía que moriría. Mis padres me tuvieron que meter en una hielera gigante por aproximadamente dos horas y así fue como me cure. Desde ese día tengo que desayunar hielo para controlarme y el azúcar solo se lo pongo para que sepa mejor.

Al terminar, mis manos se encontraban mejor, así que tome el plato y lo puse en el lavavajillas, tome mi mochila, me despedí de mi madre y le pedí que me despidiera de mi padre ya que él aún no bajaba. Salí de la casa con las llaves en la mano y me dirigí caminando hasta la escuela ya que está no estaba tan lejos.

Baje por la colina y al final me encontré a los chicos, los saludé y sin decir nada más seguí con mi camino. Espero no haberme visto tan grosera.

El camino tardó cerca de 15 minutos y llegue justo a tiempo. Al entrar, todos se me quedaban viendo y eso me ponía nerviosa y de mis manos empezaba a salir humo. Intente esconderlas alargando las manga de mi suéter y metiendo mis manos dentro, pero solo logré que las mangas se congelaran levemente, así que las saque e intente tranquilizarme.
Seguí caminando hasta secretaría, en donde se suponía que me tenían que dar mi horario y mi número de locker.

Al llegar intente tranquilizarme, no quería congelar nada. Así que di un gran suspiro y entre. Visualice a una señora algo anciana detrás de un gran computador, me acerque hacia ella a paso lento. La señora usaba unos lentes pequeños, y tecleaba cosas en su computadora, detrás de ella había una puerta y unas cuantas llaves colgadas con números sobre ellas. Cuando ella me vio, sonrió y habló: — Hola querida, ¿en que puedo ayudarte?

— Hola, buenos días. Soy la alumna nueva.

— Oh, cierto. Te estábamos esperando. — sonrió —. Espera un momento.

Cold in LADonde viven las historias. Descúbrelo ahora