Capitulo 5

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A la mañana siguiente a pesar que me siento flotar también, estoy cansada y adolorida como si hubiera estado en un maratón, cuando volteo él no está,  Maximo se fue y por raro que parezca no me siento mal, ni usada. Su olor aun sigue en mi cama eso me agrada, al levantarme, hay un girasol en el piso con una nota.

Perdóname no puedo hacerte esto firma M.

No se por que lo dice, pero es su decisión de alguna forma siento que cumplí gran parte de mi sueño, me preparo y me voy a la oficina hasta que no tenga otro trabajo no puedo darme el lujo de abandonar el mío, pienso en ese montón de dinero en el banco que es mío y que ese imbécil debe estar gastando, el poco dinero que deje en efectivo hace mucho lo gaste que tonta era. Pero hoy voy a trabajar medio día solo en la mañana ya que mi jefa tiene otros compromisos y lo voy a aprovechar para buscar mi vestido de graduación ya es jueves.

Al llegar a mi oficina veo las flores y por extraño que parezca siento un gran vacío y más curiosidad por ese no puedo hacerte esto, ¿qué no puede hacerme? ¿de que habla?

Mi jefa entra y me dice.

-te tengo un excelente regalo de graduación. Sonrió y la miro

-a si ¿cual?

-te doy la semana libre, sé que viene tu familia así que disfruta y aprovecha.

-gracias. Corro y la abrazo –gracias, gracias.

-ahora si a trabajar y ¿qué vas hacer en este medio día libre?

-voy a comprar mi vestido de grado.

-pues te acompaño tía que debes quedar siendo la más maja.

-hecha un pincel, repito y ambas reímos. Ella regresa a su oficina y yo comienzo a trabajar el tiempo se pasa súper rápido y de vez en cuanto le hecho un vistazo a mi móvil y nada ni un mensaje, ni una llamada. Llega la hora de mi almuerzo y mi jefa Cristina me invita a comer para luego ir de tiendas.

Llegamos a un restaurante cerca de la calle real, es elegante pero hogareño con muchos detalles en madera aunque si se ve también costoso. El mesero nos guía a una mesa que queda en una esquina cerca de uno de los ventanales que dan hacia la calle cuando nos sentamos mi jefa me pregunta.

-¿y como te sientes? ya vas al estar titulada.

-emocionada y nerviosa. Pienso en cómo preguntar por Maximo sin ser evidente.

-¿y como llevas lo de Vanessa?

-sinceramente... siempre pienso en ella, aun existe  mucho aun no entiendo ¿qué paso?

-es entendible, disculpa debo ir al tocador. Mi jefa se levanta y se va mientras yo veo la carta no debo pensar mucho, hay lasaña mi comida favorita después de la pizza, cuando de repente como si una fuerza invisible me obligará a voltear miro a la entrada, desde donde estoy no es fácil que me vean y sí es Maximo en un impecable traje color negro, trae del brazo a una mujer que parece una modelo aunque se que es de la empresa, ambos sonríen y se sientan en una mesa que por fortuna yo veo muy bien, ella le coquetea y él no le es indiferente hasta que sin más la muy bruja lo besa y el muy tonto más manso que un cordero se deja.

El corazón me late fuerte y de verdad que estoy que lo mató pero... ya va el es Maximo no Maximus, lo de ayer paso y ya, no somos nada así que por mucho que me afecte el ego y como dicen aquí me toque las narices no puedo hacer nada o ¿quizás si?

Sin mas saco mi móvil y le envío un mensaje.

¿Que se supone que no puedes hacerme?

El mira el móvil y se separa un poco de aquella que parece una serpiente enredándose como puede y lo veo teclear.

#Contradicción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora