O4 | LOVERS

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Albus no dio muchas explicaciones a Scorpius después de arrastrarlo contra su voluntad por los pasillos del castillo hasta la sala común de Slytherin. Una vez allí, le pidió que vaya a buscar a sus amigos y salió corriendo hacia su habitación.

El azabache estaba nervioso e inquieto. No podía mantenerse tranquilo tras haber leído una profecía que probablemente anunciaba su muerte o la de su hermano. No podía creer que James le hubiera ocultado una cosa así, no después de haberle prometido que, ante cualquier conflicto o problema, recurriría a él. Estaba decepcionado. Comenzó a caminar frenéticamente de un lado a otro de la habitación. Para cuando Scorpius había regresado, Albus ya había recorrido por lo menos veinte veces el cuarto.

—¿Qué es tan importante para que abandone la clase de Runas Antiguas, Al? —preguntó Nicolette Malfoy, la hermana gemela de Scorpius—. Sabes que es mi favorita.

Albus observó a Nicolette fijamente. Había veces que se sorprendía por lo parecida que era a su hermano, mismo cabello platinado, los mismos ojos, la misma postura orgullosa y la misma mirada penetrante. Pero también era muy diferente a él, y eso Albus lo notaba muy bien. Su personalidad no era nada como la de Scorpius quien era más bromista, pero aún así misterioso y sombrío. Nicolette disfrutaba pasar tiempo en la biblioteca, con la nariz metida entre los libros y mostrando un perfil bajo. Era lo menos parecido a un Malfoy que cualquiera pudiera esperar. Draco Malfoy siempre decía que su hija era una viva copia de Astoria y se lamentaba de que sus hijos no pudieran pasar más tiempo con ella. Nicolette a menudo se enojaba cuando su padre la comparaba con su madre muerta y en esas ocasiones era cuando sacaba su lado Malfoy a relucir.

A su lado, Theseus Nott lo miraba con aburrimiento. El chico era el mejor amigo de Nicolette e igual de solitario que ella. Nadie se sorprendía al ver a dos personas tan parecidas pasar tanto tiempo juntas.

—¿Nos dirás qué necesitas, Potty? —Theseus se burló de Albus utilizando el apodo por el que lo había llamado Peeves en su primer día en Hogwarts. El azabache lo miró molesto, pero aún así respondió a su pregunta.

—Cuando fuimos a buscar la capa de invisibilidad al cuarto de James para hacerle una broma a Filch... —comenzó el azabache.

—¿Irrumpieron en Gryffindor? —preguntó Theseus.

—No me sorprende que ustedes dos estuvieran rompiendo las reglas —murmuró Nicolette.

Scorpius suspiró exasperado.

—¿Podrían ustedes dos, ratas de biblioteca, quienes nunca rompieron una sola maldita regla, escuchar lo que Albus tiene que decir? No son los únicos que quieren saber de qué se trata, Nic —dijo mirando a su hermana—. Al no me quiso decir nada hasta que estuviéramos todos aquí.

—Bien, lo siento, Al. Continúa —Nicolette se sentó en el suelo y observó fijamente al chico.

—Encontré una nota en la capa de invisibilidad —esta vez todos lo miraron expectantes.

—¿Qué decía? James confesaba que asesinó a Violet Spell, de seguro —intentó bromear Theseus.

Por más que Theseus Nott fuera uno de los mejores amigos de Albus, este no iba a permitir que hablara de esa forma de su hermano. El golpe que le propinó en la mandíbula al ravenclaw fue algo imprevisto debido a la naturaleza del menor de los hermanos Potter. Ambos, Scorpius y Nicolette se quedaron en shock.

—No vuelvas a hablar mal de mi hermano o tu familia me agradecerá al haberlos librado de lo que los avergonzaba —amenazó haciendo referencia a la reacción que tuvieron los Nott al enterarse que su hijo no era parte de la casa de Slytherin, sino que era un águila.

Theseus iba a responderle de la misma manera, pero Scorpius lo detuvo tomándolo con fuerza de un brazo. Nicolette se puso de pie y se acercó a Albus.

—Hey, clama, Al —la chica tomó su rostro entre sus manos y le sonrió recibiendo una mirada algo molesta de parte de Scorpius—. Déjame ver esa nota —pidió.

El azabache se la entregó y la chica se alejó de él hasta sentarse en la cama que pertenecía a su hermano. Leyó la hoja sin expresión alguna. No levantó la mirada por largo rato, sin embargo cuando lo hizo seguía teniendo su mirada serena. Albus la miró expectante.

—Parece ser una profecía —dijo encogiéndose de hombros.

—¿Sólo eso vas a decir? —abrió los ojos como platos—. Ese maldito papel puede llegar a predecir mi muerte y tú te lo tomas con calma. ¡Creía que eras mi amiga, Nic!

—Lo soy, pero no creo que te debas preocupar tanto por esto. La cosa esa habla claramente acerca del hijo de Harry Potter que perdió a la persona que amaba. No creo que eso describa tu vida amorosa ¿o sí?

—¡Podría estar hablando de James! —bramó el joven.

—En ese caso, sus amigos lo ayudarán, no nosotros —interrumpió Theseus soltándose del agarre de Scorpius.

El azabache los miró con furia y golpeó la mesa de noche, haciendo que el velador y todas las cosas en ella cayeran al suelo. Nic se acercó a él y puso sus brazos alrededor de su cuello para calmarlo.

—Te prometemos que te ayudaremos, Al —sonrió la chica—. Sólo que ahora tenemos clase y debemos irnos. Hablaremos de esto más tarde, ¿sí?

Albus asintió y Nic se separó de él, no sin antes depositar un beso en la mejilla del chico. Le sonrió una última vez y luego abandonó el cuarto llevándose a Theseus con ella.

Una vez que se fueron, Albus suspiró y se llevó las manos a la cabeza preocupado y bastante molesto. Si no podía contar con sus amigos para eso, ¿con quién podría contar?

Scorpius se acercó a él y tomó la mano con la que Albus se tapaba los ojos.

—Sabes que puedes confiar en mí, ¿verdad, Al? —el chico asintió y una media sonrisa se esbozó en el rostro del rubio—. También sabes, que me molesta un poquitito cuando mi hermana se te acerca tanto, ¿ya te dije eso?

Albus sonrió y se acercó aún más a Scorpius.

—Tal vez me lo dijiste, tal vez no, pero me gusta que te pongas celoso.

El rubio rodó los ojos y puso sus manos en la cintura de su amigo. Permanecieron un largo rato en silencio, mirándose fijamente a los ojos, como midiéndose, hasta que Albus estalló en carcajadas y presionó sus labios contra los del rubio. Scorpius no pareció sorprendido por esa acción, sino que profundizó más el beso, permitiéndole el paso a la lengua de su mejor amigo. Trastabillando, Scorpius logró sentarse en su cama y el azabache se subió a horcajadas en su regazo.

Si alguien hubiera entrado en ese momento se hubiera sorprendido a más no poder, ya que a los ojos de todo Hogwarts, Albus Potter y Scorpius Malfoy no eran más que mejores amigos pero, a puertas cerradas, eran mucho más que eso.

—Prometo que siempre te ayudaré, Al, en cualquier cosa que necesites —dijo Scorpius separándose de él—. Hasta con esa maldita profecía. Sólo prométeme que no me dejarás, nunca.

—Lo prometo —respondió Albus contra los labios de su novio.

Y Albus supo que no tenía nada que temer. Supo que estaba a salvo y que la profecía no lo afectaba. Porque a su lado tenía a la persona que más le importaba. Tenía al amor de su vida y se sintió más seguro que nunca en toda su vida.

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¿Qué piensan de Albus? ¿Y los demás personajes? ¡Y hay Scorbus!

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Los quiero <33
-Josefina

Oh, my Violet | James S. PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora