Adrianne Benabelle, la segunda mejor de su clase, apenas por debajo de Makoto Saisei, había guardado durante muchos años un resentimiento enorme hacia la chica que la superaba académicamente, no solo por esto, si no por lo que esta le hizo a sus hermanos y por la forma en que la madre de esta, Serina; había amenazado a su familia, dejándolos prácticamente indefensos.
O eso era lo que pasaba, hasta ese día, el día de la graduación, donde el historial académico limitaba mucho el actuar de los estudiantes.
Ese resentimiento se había convertido en un odio casi enfermizo, aunque no lo demostraba, pues siempre se mantenía serena y tranquila, tratando de emular la actitud de Makoto en la mayoría de las situaciones. Queriendo en último lugar desatar su ira y darle una golpiza tan salvaje como la que habían recibido sus hermanos mayores.
Y... Aunque le costara reconocerlo, sencillamente no era rival para una bestia como Makoto, que había dejado en tan malas condiciones a sus tres hermanos mayores que fácilmente le duplican el tamaño.
Aun después de tantos años seguía sin entender de donde había sacado tal fuerza como para hacer lo que hizo. Siempre sentía una rabia inmensa cada vez que la miraba estando tan feliz y despreocupada, haciendo como si todo aquello no hubiese pasado.
Por ahora su plan era seguirla con mucho cuidado...
Makoto había llegado a la enorme pastelería, que poco a poco ganaba más y más clientela, entro luego de haber firmado el libro de visitas que estaba a la entrada del establecimiento y después de eso se perdió en la multitud dentro de aquel enorme complejo.
Estaba viendo los estantes donde había panecillos de todo tipo, algunos locales de muchos rincones de la Federación, como rosquillas de chocolate, panecillos con chispas de crema y rebanadas de pastel de todas formas y sabores, aunque algo que le llamo la atención eran algunas secciones que estaban etiquetadas con los nombres de algunos otros países.
Se leían nombres como Sabrahim, Gaal-Varadan, Belendara, incluso algunos tan lejanos como Sindara y la Ciudad Santa de Sai-Bai Tan.
Se acerco con toda su curiosidad, como una niña pequeña viendo un estante de juguetes.
-... Sabrahim... ¿No es donde...? ¿...Dónde están las zonas de exclusión que menciono Julius?...- Dijo como un murmullo mientras veía los panecillos de la sección con el nombre de Sabrahim.
-...Asi es señorita...- Dijo una de las asistentes de la tienda justo detrás de ella. Makoto se levanto de golpe y se dio media vuelta.
-... ¿Buscaba algo en especifico, Señorita?...- Dijo la asistente con una amable sonrisa y sus manos al frente.
Makoto se puso un poco nerviosa y solo atino a preguntar.
-...Solo... Ehhh... Solo quiero algunos postres pequeños para mis padres...- Dijo titubeando mientras señalaba los estantes frente a ella.
-...Esta sección es de postres traídos de toda Sabrahim, hay unos muy buenos, si gusta seguirme, le mostrare la selección de hoy...- Dijo la asistente con un tono sumamente formal mientras con la mano le indicaba el camino.
Makoto camino detrás de la asistente que le mostro algunos de los postres de un estante cerca de una de las ventanas de la tienda.
-... Este es un Ptichie Molokó, de la región de la Capital de Sabrahim, durante la evacuación algunos reposteros y cocineros llegaron aquí, y trajeron estas recetas con nosotros, como puede ver es un postre de chocolate, a primera vista se ve como un pastel, pero en realidad es mas como una gelatina un poco dura... Estos días se ha vuelto muy popular...
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R: CRÓNICAS 1: EL PAÍS DE LOS MAGOS
De Todo¿Qué ocurrió durante los años de la Gran Guerra? ¿Quieres fueron los que pelearon? ¿Por qué lo hicieron? Los últimos dieciséis años de paz han desatado una gran oleada de interrogantes acerca de los catastróficos sucesos que casi llevan a la destruc...