Egocéntrico, manipulador, arrogante, frío, amargado y perfeccionista. Así se caracterizaba el magnate.
¿Qué tan poder había tenido Lalisa Manoban para lograr derribarlo?
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¿Celos? ------------------
Él magnate traga duro al darse cuenta de las palabras que había soltado sin querer de su boca, hasta él mismo había quedado soprendido de aquello. Los latidos de su corazón empezaron a latir con fuerza y a toda velocidad, junto a una enorme conjunto de cargas eléctricas que desprendían desde la boca de su estómago, un sudor apareció derepente en su cuerpo, y sentía sus mejillas quemar.
Mierda..---Pensó el magnate con irritación, ni él mismo entendía que le estaba sucediendo.
La rubia se quedó mirándolo por algunos segundos, también estaba soprendida por lo que él había dicho, se suponía que ella solo trabajaba para él en un contrato que pronto terminaría dentro de doce meses, los sentimientos no tienen por qué mezclarse tal y como él había dicho. Derepente la rubia cae en cuenta del lindo semblante de ternura que poseía el magnate quien se encontraba parado frente a ella, sus mejillas sonrojadas de un color carmesí mientras sus hermosos ojos estaban fijados en el suelo.
Tierno.----Pensó la rubia. Pero ese pensamiento dulce que estaba teniendo de él se esfuma de inmediato al recordar que ella se encontraba enojada con él, Lisa solo hacía lo mejor de ella para poder complacerlo almenos un poco y no por el hecho de que él le gustaba, ella ya dejó atrás hace mucho tiempo su atracción hacia los hombres tomando la desición de ayudar y dar ánimos a los que más necesiten. Pero, Jungkook era demasiado complicado.
Lisa frunce el ceño y da media vuelta alejándose del magnate. Cuando llega a su habitación entra en ella y cierra la puerta, ese chico le había hecho enojar
----Por qué es así de complicado..----Susurra para sí mientras se tiraba a su gran y lujosa cama.
Lisa se fija en un peluche que se encontraba en la habitación, era un conejo rosa bastante lindo, no se había percatado de ello. La rubia se acerca al peluche tomándolo y empezando a jugar con él, le daba gracia este conejito.
----Un conejito muy lindo..----Dice acariciando al conejo rosa. Se detiene en seco al notar algo que recién acababa de darse cuenta.----Se parece a Oppa..
Tú eres mi mujer..
Sonríe como tonta pero esa sonrisa vuelve a desaparecer al recordar de lo muy grosero que él se comportó con ella.
----Tonto..----Susurra haciendo un pequeño puchero mientras daba un golpe al conejito rosa contra la gran cama.
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Ya era mañana, y ambos se encontraban sentados en aquella mesa desayunando con un silencio incómodo. Jungkook notó lo muy raro que se estaba comportando la rubia y era más que obvio que se encontrara enojada por cómo la trató él anoche.
