Especial

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El pequeño obsevaba pacíficamente el hermoso paisaje a través de la ventana

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El pequeño obsevaba pacíficamente el hermoso paisaje a través de la ventana. Había llegado el invierno a Corea, su estación favorita del año, una estación que le provocaba muchas emociones y alegría. Daegu era hermoso.

Pero lo que más le hacía feliz de esta estación, era que podía estar al lado de la mujer que más amaba en este mundo.

Su madre

Él casi siempre se encontraba en el hospital por su estado de salud, por lo que no veía mucho a su madre. Desde que le diagnosticaron esa grave enfermedad tuvo que alejarse de su progenitora, tenía que estar en constante evaluación y cuidados, su madre se encontraba muy ocupada trabajando para poder sustentar los gastos de sus tratamientos y de más. Jungkook se sentía triste por no pasar tanto tiempo con ella, se sentía culpable por todo lo que estaba ocurriendo.

----¿Qué tanto piensas, mi pequeño?

El pequeño voltea y la ve. Esa hermosa sonrisa que poseía en su bello rostro lo tranquilizaba. Ella era su medicina.

----Mami...

La mujer se acerca más a él y acaricia suavemente su cabeza.----¿Quiéres salir a divertirte un rato?

La sonrisa del pequeño castaño se agranda.----¡Sí! ¡Sí quiero, Sí quiero!----Pero esa sonrisa se borró rápidamente al recordar lo que le sucedía.----Pero eso sería peligroso...Yo...

----Hey.----La mujer se pone de cuclillas, lo mira con una sonrisa dulce mientras va quitando lentamente el gorro a su pequeño dejando al descubierto su cabeza libre de cabello, sin dudarlo le da un tierno beso justo ahí.----Tranquilo, todo estará bien. El hecho que tengas que tener más cuidados no significa que tengas que dejar de hacer cosas que te hacen feliz.

Jungkook no dice nada y solo se queda anonadado por aquella belleza que resplandecía su madre. Estaba seguro que ella era la mujer más hermosa del universo. La más fuerte, la más valiente y guerrera. Él apesar de tener solo cuatro años entendía a la perfección todo por lo que su madre estaba pasando. Sabía que ella sufría mucho, sabía que estaba quebrada por dentro, sabía que se estaba desvaneciendo de a poco, pero aun así no lo demostraba frente a él. Ella se mostraba feliz cuando estaba a su lado.

----¿Y si hacemos un muñeco?

La mirada de Jungkook se ilumina.

----¡Sí!

La mujer vuelve a ponerle el gorro y tomándolo de su pequeña mano salen de la cabaña hacia afuera.

En Daegu nevaba mucho, quizás más que en Seúl, por esa misma razón venían aquí a pasar el invierno. Su madre tenía una pequeña cabaña humilde, antes vivían ahí pero cuando Jungkook enfermó se tuvieron que traladar a la capital. El pequeño extrañaba su vida de antes.

MAGNATE || LizkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora