Capítulo 25

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Jaime entró con dos hombres más, uno se me hacia familiar, ese olor a vino ya lo había olido antes.

-Hola preciosa - me dijo uno de los. viejos - ¿Me extrañaste?

-¿Fuiste tú? - susurre

-Por desgracia no - se me acercó - Mi amigo te probó antes

-Hola preciosa - dijo el otro - Estuviste fantástica

Mi estómago se revolvió “Estuviste fantástica”. Dos palabras Que asco.

El viejo saco de su bolsillo unos billetes y se los entregó a Jaime

-Tienes 15 minutos

-Acordamos media hora - protesto el viejo

-Si me pagabas lo acordado

Jaime salió junto el otro hombre dejándome sola con el viejo.  Mi corazón comenzó a latir aceleradamente, sentía como comenzaba a sudar.

Mi única reacción al ver que se me acercaba era moverme desesperadamente, aunque lo único que lograba era lastimarme.

-Tendrás que arreglar lo que causaste - dijo mientras señalaba su notoria erección.

De un solo tirón se bajo sus pantalones y bóxers dejando a la vista su asqueroso pene, me dieron ganas de vomitar. Rápidamente aparte mi vista de, ahí.

-Si coperas ambos disfrutaremos - tuvo el descaro de decir

Con brusquedad quito mi ropa interior quedando totalmente expuesta hacia él. El muy asqueroso se lambio los labios y de una sola embestida entró en mi haciéndome gritar.

No quiero dar detalles, fue simplemente asqueroso, los asquerosos gemidos del degenerado y mis estúpidos gritos pidiendo auxilio.

-Eres hermosa - dijo agitado

-Eres asqueroso - susurre

-Lo disfrutas te igual que yo - tuvo el descaro de decir - Por cierto, me llamó Víctor

-Vete al infierno

-Me exita escuchar tus insultos - dijo con una media sonrisa

«Asco».

-Nos vemos mañana preciosa - me tiro un beso y salió de la habitación

«Tengo que salir de aquí» pensé

Amar es destruir y ser amado es ser destruido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora