❀42.

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Nada de insultarlos.

—¿Y si ellos me molestan?

—Me dices y los insultamos juntos.——Park manejaba saliendo de la plaza.

No sé, seré la única no modelo ahí dentro.

—¿Y?

—Será extraño, no encajó ahí.

—Si te sientes incómoda en algún momento de la fiesta, nos iremos ¿Vale? es el cumpleaños de otro de mis mejores amigos, quiero que lo conozcas.——estacionó fuera de su casa——¿Te probaste el vestido?

—¡Me quedó precioso! es bastante elegante y bonito.

—Me hubiese gustado mucho comprarlo yo...

—¡De ninguna manera! ya has comprado mucha ropa para mi antes, soy muy capaz de pagar mis cosas, sí que sí.

—¿Estás más contenta de lo normal o solo soy yo?

—Quizá después de este mes, no nos veremos tanto como antes, así que quiero disfrutar el tiempo que pasemos juntos.

—Eres una ternura.

—¡Y golpearte mucho también!

—Una ternura muy agresiva.

Nos dimos una ducha, y apresuramos el arreglarnos para poder llegar temprano, Park mencionó que el chico de la fiesta me agradaría.

Que lástima que no pude traer a mis chicos.

Será en otra ocasión.

Por lo que sé, Jin estará ahí también, así que me sentía aliviada de poder conocer al menos a dos invitados.

Me di un vistazo en el espejo del baño, deje suelto mi cabello, pasándolo de un lado a otro, me asegure de que es vestido fuese bien acomodado y sonreí aplicando un poco de bálsamo rosa en mis labios.

¡Me veo linda!

Salí buscando mis zapatos, Park arreglaba su camisa frente a su tocador, esa camisa con la que alcanzaba ver su abdomen.

¿Ya saliste, conejo...?——El rostro que yo ponía cada que veía comida, era el mismo que él tenía en esos momentos.
La similitud: ver un tesoro.

Te ves...te ves muy hermosa.

—Me siento hermosa.

—Eres hermosa.

—Tu te ves guapo.

—Lo sé...——aseguraba mirar cada parte de mi, queriendo guardar una imagen mental de ese momento, sus ojos brillaban, puedo jurar que los míos también.

¿Era normal que quisiese llorar cada que le miraba?
Un sentimiento de irrealidad se apoderaba de mi, era un ser bellísimo, me encantaba.

Agradezco su existencia.

Di un suave golpe en su hombre aprovecho tomando mi mano, acortando la distancia entre nosotros.

Te quiero, mucho, mucho.

Yo también te quiero.

Ya una vez terminando nuestro momento cósmico, subimos a su auto.
Solo condujo un par de calles, me sentía contenta sabiendo que no nos encontramos tan lejos de casa.

Aquí es, tu solo dime "Quiero irme" y nos iremos.

—¡Claro!

—Min, demonios, te ves hermosa.

迷路 | jimin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora