❀56. FINAL.

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Contenta por la presencia de mi niño,  propuse pasar el día paseando de un lugar a otro.

―¿Y SI ENTRAMOS A LA PISTA DE PATINAJE? ―― Jimin animado me arrastró hasta la entrada.

―¡Yo no sé patinar!

―Te enseñare...

Me temblaban las piernas, sujetandome de la cadera fue mostrando la manera en la que debía mover los pies.
Pude tomar el ritmo después de unos intentos,  riendo miraba a Jimin dar piruetas y fingir ser patinador profesional.

¡Llámame Jimin el cisne! ―― a carcajadas salimos de ahí cuando nuestro tiempo se acabó.

¿Vamos por un helado?

―Mejor unas palomitas.

―En ese caso unas banderillas.

―¡Más fácil un hot-dog!

―¡Tendremos que ir por una hamburguesa,  entonces!

―¡Vamos por hamburguesas!
―― felizmente caminamos hacía el puesto de comida.

Iba por mi segunda hamburguesa cuando noté a Jimin recién comer la mitad de una.
―¿No tienes hambre?

―No,  no tanta.

―Te ves algo delgado, ¿Seguro que fuiste al médico?

―No te preocupes bombón,  estoy bien,  debe ser por la rutina de ejercicio que empece a hacer,  no sé si lo has notado pero mi trasero creció.

―¡Tonto! Habló enserio,  tus mejillas se ven algo...

―Estuve pensando... En que no hemos ido a visitar otros lugares juntos.

Intrigada por su cambio de tema,  suspire. ――¿Qué lugares te gustaría visitar?

―La torre Eiffel contigo.

―¿Ah sí?

―Sí, y darte un beso de lengua ahí mismo.

―¿Tenías que arruinar el bello momento romántico?

―Te gusta tener mi lengua en tu boca,  no lo niegues.

―Nunca lo negué.

―Te digo... ―continuo hablando ― Quiero que viajemos allá juntos,  así que habrá que preparar lo necesario para ir algún día.

Pasamos a los carrito chocones donde Jimin exigió a los encargados colocar bolsas de aire para los accidentados.
Volvíamos a casa comiendo algodón de azúcar.

―¿Crees que a tus hermanos les moleste si paso la semana aquí?  En casa... Mamá sigue haciéndola un caos.

―Seguramente dirán que sí,  vamos.

―¿Qué dijiste?

―Que seguro dirán que sí.

Lo ví parpadear un par de veces  seguidas y negar.

Pasemos ya...

Entro dejando las bolsas de algunas compras para comer en la mesa de la cocina.
Le veo pasar de largo para saludar a Bambi.

Doy la espalda,  acomodando cada una de las cosas en su lugar.

El ladrar de Bambi hace que gire en dirección a ellos.

Park esta en el piso.

¿P-Park..? ――me apresure a él, tenía dolor en su estómago.――¿Qué te pasa?

No logró formular las palabras,  solo se quejaba.
¡Yoongi-ah!  ¡Sungyae!  Necesito ayuda.

Asustada puse su cabeza en mi regazo tratando de calmarlo.

De la nada,  dejó de quejarse para quedar tendido encima de mi.

―¿Park?  Park responde... Jimin... ¡YOONGI NECESITO AYUDA,  JIMIN SE HA DESMAYADO! ¡POR FAVOR,  BAJA!

Escuche sus pisadas bajando de prisa.

―¿Qué le ocurrió?

―N-No lo sé yo...

―Está inconsciente,  ¡Sungyae llama a una ambulancia!

No solté su mano hasta que los paramédicos llegaron subiendolo a la camilla.

Lleva el pulso demasiado bajo.

Cubrí mi boca con ambas manos. Quedé inmóvil ante lo mencionado,  no sabía qué decir.

¿Qué demonios estaba pasando?

Le colocaron una mascarilla de oxígeno,  pasaron su camilla rápidamente al hospital,  había un doctor esperando en la entrada.

No me permitieron pasar con él.

Solo pude ver cuando se lo llevaban a la sala de urgencias.

Y mi corazón empezó a magullar de solo recordar su rostro pálido.

¿Va a estar bien,  verdad?

迷路 | jimin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora