Parte cuatro

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Kyungsoo



La pomada que Xiumin había puesto en mi espalda fue milagrosa. Esa madrugada, cuando me quitó las vendas, me sentí con mucha más energía para al menos lograr sentarme en la cama sin sentir que mi espalda se rajaba de nuevo.

Miré al piso y, tal como el mayor me había dicho, seguían las manchas de mi sangre en el sitio. Asquerosamente había una pequeña laguna de color rojizo opaco que parecía coagulada. Hice una mueca de asco y recé porque a Kris se le alivianara el alma y enviara a limpiar mi celda, o al menos que me obligara a hacerlo a mí, daba igual.

Miré a lo alto de la ventana y el sol comenzaba a aparecer de a poco, decidiendo recostarme de nuevo boca abajo en la cama. Debía aparentar que seguía horrible con mis heridas para evitar cualquier sospecha del líder, y fue por eso mismo que decidí que, si me encontraba dormido, sería una mejor opción.

No desperté hasta que oí la pesada puerta arrastrándose, abrí medianamente un solo ojo para ver quien entraba, y ese rostro con mirada afilada me pareció conocido. Era uno de los tantos que estaba en mi celda cuando Kris intentó que Kai me azotara, pero no recordaba su nombre.

Traía una bandeja sobre sus manos y la dejó a los pies de la cama algo fastidiado.

—Despierta. — Ordenó, y yo comencé a moverme lentamente quejándome despacio por las heridas. — No finjas conmigo, sé que no te duelen las heridas. — Lo miré temeroso mientras me sentaba sobre la cama. Mantuve el silencio. — Come todo. Xiumin no pudo venir porque tenía que ocuparse de su desgraciado, anoche recibió una buena sesión de algo que a ti te tocará pronto. — Me guiñó un ojo y yo tragué seco, creía tener una idea de lo que hablaba.

—¿D-Dónde está Kai? — Frunció el ceño con una sonrisita traviesa.

—¿No te lo ha dicho Xiumin?

Negué con la cabeza, despacio.

—Solo dijo que... Kai era fuerte... Y que saldría adelante...

—¿De verdad te preocupa lo que le pudo haber pasado? — Me miró ahora confundido. — Sí sabes que es una tontería enamorarte de quien te tiene secuestrado, ¿No?

—Yo no estoy enamorado de él. — Respondí rápidamente. — Sólo estoy preocupado, después de todo él intentó ayudarme.

Bufó despreocupado. — Me da igual lo que esté pasando con ustedes, si estoy aquí es solo porque Xiumin me lo pidió. — Hizo una mueca. — Aunque te diré qué ocurrió con Kai... ¿Sientes el dolor de tu espalda? Bueno, Kris lo golpeó tres veces más fuerte en su espalda y su pecho. Está destrozado, y si no fuera por las ayudas que Xiumin y Tao le dieron rápidamente, estaría muerto por haberse desangrado. — Me quedé blanco como papel. — Ahora cómete todo si quieres que el peligro que corre Xiumin valga la pena.

Se fue después de decirme eso. Miré la bandeja encontrándome con la misma asquerosa porción de comida que el día anterior. Tomé el trozo de pan y lo comí despacio, tragándolo con pequeños sorbos del agua que había en un nuevo vaso plástico. Al menos eso lograba que pudiera digerirlo sin tener ganas de vomitar, y mi estómago recibía de pasada algo de alimento.

Luego miré esa cosa pastosa, y la idea de tirarlo al inodoro que había en una esquina de la celda pasó por mi mente. Sin pensarlo dos veces me dirigí hasta la cortina que ocultaba el sitio y tiré la comida para después jalar de la cadena. Daba gracias a Dios que al menos eso sí era decente y eliminó todo rastro de mi "travesura".

Kai, la celda y Kyungsoo [KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora