Capítulo 1 : El caos de las palomitas

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Tras llegar a la casa de la chica de profunda mirada de ojos marrones, la morena comenzó a engullir todo lo que encontraba a su paso de la casa de la rubia mientras ésta simplemente comía unas hojas de lechuga.

- No se como puedes comer tanto..._ Dijo la joven de ojos marrones mientras observaba como el final de su nevera se iba acercando. - ¡Lo peor de todo es que comiendo así estas más delgada que yo mientras yo hago dieta!  _ Exclamó ésta mientras refunfuñaba en el sofá.

La otra chica de ojos castaños simplemente se encogió de hombros mientras se terminaba las tres hamburguesas que la madre de su mejor amiga había hecho para ellas con anterioridad.

La morena se sentó a pata abierta en uno de los sofás azules de la sala de estar para después lanzar sin previó aviso un plan de inauguración a la libertad.

- ¡Vayamos al cine! _ Exclamó con tono de alegría mientras se enderezaba en el sofá aterciopelado.

La rubia le miró con una mirada de complicidad mientras sacaba su Wiko roto por un accidente de sofás. La morena se acercó a ella para divisar más las distintas películas de la cartelera y los diferentes horarios que se encontraban a la derecha de cada película. 

La rubia puso su pulgar sobre una de tantas películas y con una mirada de picardía entre ellas la película ya había sido elegida.

Después de salir corriendo de la casa como si el mismo Satanás les persiguiera llegaron a la localización de la película 5 minutos antes de su estreno y con solo medio pulmón vivo compraron las entradas para Alita : Ángel de combate con las pocas fuerzas que albergaban dentro de ellas.

La morena se acercó a la tienda de palomitas con su típico brillo en los ojos que se originaba cuando veía o olía comida. Sacó un billete de 5 euros mientras compraba una oferta de palomitas grandes. Al contrario de ella, la chica rubia solo le miró reacia mientras un antojo comenzaba a florecer en su interior.

De un momento a otro comenzaron a caminar hacia la sala donde se emitiría la película. Al llegar la encontraron 7 minutos empezada, 7 minutos pagados y perdidos por los antojos de una morena glotona.

- ¡Te dije que no te pidieras las palomitas dulces por que aún tenían que hacerlas! _Dijo la rubia en un tono entre susurrar y gritar.

La morena solo continuó caminando hacia su fila mientras engullía su condensación de azúcar.

43 Minutos después Noeh sintió como una mujer -o lo que creía ella que era una mujer- comenzó a tirarle palomitas, ésta, por acto seguido, le lanzó su cubilete de palomitas a la cabeza y al instante la mujer le lanzo su bebida. De un momento a otro la sala había cambiado de mantener un silencio sepulcral casi tajante a un ruido casi oíble en China.

Laurel se levantó de la silla de forma violenta mientras procedía a ayudar a su conflictiva amiga. Tomó los refrescos de las personas situadas detrás suya y tras quitar los tapones procedió a lanzar el líquido al asiento donde estaba situada la señora.

Las luces se encendieron y el vigilante entró empuñando un tasser, los cuerpos de las tres mujeres se tensaron rápidamente mientras frenaba su acto violento. Él se acercó mientras analizaba la situación con una mirada penetrante.

Tras unos minutos señaló a las jóvenes amigas que le siguieran mientras dejaba a una mujer empapada pero con una sonrisa triunfante en la boca.

El vigilante escribió una penalización con un bolígrafo azul en un papel viejo mientras las acompañaba a la salida.

La rubia comenzó a leer la sentencia mientras era arrastrada por el señor pelirrojo vestido de azul. 2 Meses sin entrar al cine por conducta violenta se le repetía en la cabeza...

El manual del pendejismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora