4. Eventazo

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IV. 24 de febrero de 2019 10.13 am. Madrid.

Alba abre los ojos y los vuelve a cerrar al instante. La luz de un día primaveral se filtra por la persiana y le golpea la cara. Se lleva la mano a la frente. Se frota los párpados. Las yemas de los dedos le dicen que no se quitó el rímel anoche. Hostia, que ha pasado. ¿Dónde estoy?

Abre los ojos y se incorpora sobresaltada, buscando indicios que le ayuden a ubicarse. Está sola en una cama grande, en una habitación que no es la suya. Rápidamente recuerda. Se deja caer de nuevo sobre la almohada con una sonrisa de oreja a oreja. ¡Sí! Por su cabeza pasa como un huracán una secuencia de imágenes del día anterior. Estoy en Madrid. Canté ante cuatro mil mujeres. Fue mejor que en el WiZink. Me flipa la voz de la cantante de Freedonia. Espera... me pidieron una colaboración para su nuevo disco... y quieren que cante con ellos en el café Berlín, en Clamores y... no recuerdo dónde más. Sin nosotras se para el mundo...

Le invade una sensación tan grande de bienestar... El día anterior cantó temas que hacía tiempo no cantaba. Alguien le había dicho después:

- A ver, Alba, que cantas bien ya lo sabíamos, pero lo de hoy ha sido de otro mundo, ese registro ha enloquecido a la peña, tía, eres una grande...

Allí, tumbada en esa cama, los recuerdos de la víspera pasan veloces, es imposible consignar cada detalle. Se lleva la mano al pecho. La mano baja. Está completamente desnuda. What the fuck.

La puerta del dormitorio se abre y entra Alana. Está en bragas y en camiseta y le dedica a Alba una sonrisa capaz de matar al Bloque Bollero al completo. Alana es de madre guineana y padre madrileño. 1.75. Ojos verdes. Toca el bajo en un grupo de Funky-Soul.

Alana se mete en la cama con Alba y Alba cierra los ojos y sonríe. Eres un sueño, Alba Reche, le susurra al oído. Y se sube a horcajadas sobre ella, inclinándose sobre su cuello.

- Estábamos un poco borrachas ayer, ¿no?

- Nah, un poquito solamente, ríe Alana.

Después del Eventazo un par de chicas le habían tirado la caña allí, en Villaverde. Y no es que ella estuviese dispuesta a tirar de cualquier sedal. Pero Alana... qué mujer.

- ¿Cómo llevas que miles de mujeres te propongan matrimonio, Alba Reche?

- Me lo proponen niñas de entre 11 y 17 años... Creo que es delito, sabes, al menos en este país.

- ¿Y si te lo propongo yo aceptas? Te juro que tengo 24. Te compro un anillo mañana.

Desde entonces no habían dejado de buscarse entre la multitud. Solicitaban a Alba muchas fans para hacerse fotos. Las organizadoras del concierto, los técnicos de sonido, la guitarrista que la acompañaba, su representante... nadie pudo interponerse entre ellas. Se buscaban con la mirada. Alana estaba en primera fila con sus ojos esmeralda sobre ella. La energía del momento era desbordante. Big pussy energy pero de verdad.

A las ocho ya estaban en la fiesta de Nerea, una de las jefas de prensa.

- Gracias por lo de hoy, Alba. Necesitamos mujeres como tú. Mujeres que se mojan, que se implican. No sabes lo importante que fue tu entrevista en el ABC cuando saliste de OT. Tu mensaje nos llegó a muchas. Te aplaudimos todas. Nos emocionamos al ver que era verdad, que eras nuestra hermana: Nos llaman feminazis, pero es a nosotras a quienes matan.

El brillo de los ojos de Alba en aquel momento escuchando a Nerea hubiese podido iluminar el barrio entero en caso de apagón. Fue ahí cuando Alana volvió a acercarse a ella, abrazándola por detrás con toda la delicadeza del mundo.

- No sé si sabes que esta mujer es mía, Nerea... si intentas algo con ella te haré un conjuro yoruba y mañana amanecerás completamente calva.

Las tres estallaron en carcajadas.

Después de tres copas huyeron de la fiesta. Alana se la llevó al piso al que acababa de mudarse en la calle Luna. Hoy me dejo llevar -había pensado Reche-. Hoy me olvido de todo.

- Hace otro día maravilloso -dijo Alana inclinándose sobre los labios de aquella mujer diminuta y preciosa-. Pero antes de que salgamos hay algo que quiero saborear de nuevo...

Alba cerró los ojos y abrió las piernas. No todos los días te comen el coño como es debido, pensó.

- Joder, y luego dicen que la eyaculación femenina no existe...


Albalia y la máquina del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora