Erroneous ━━ SanWoo ; EunSan.

O7.

A pesar de que casi todos en la mesa reían y cenaban con alegría, EunWoo entraba serio. No era algo extraño en él, de hecho, su familia estaba acostumbrada a no verle con una sonrisa, o siquiera abriendo la boca para decir algo; a veces incluso parecía no estar ahí.

Pero para EunWoo eso era una bendición.

Escuchaba en silencio la conversación de sus tías y madre, quienes al parecer charlaban sobre la poco interesante (al menos para él) vida de uno de sus primos. Más específicamente de Lee DongHyuck.

—Ugh —casi siente repulsión al ver la expresión que su progenitora hizo —, no entiendo cómo alguien de la familia salió así.

—No es sólo él —una de sus tías tomó la palabra —, ¿qué clase de educación le dio DongHae? Siento que él tiene más culpa, si tan sólo le hubiera enseñado que eso no es normal.

—Ese maricón inclusive se fue a vivir a Canadá con su... novio —su madre puso una mueca de asco —. Me dan ganas de vomitar de sólo pensarlo —la vista de la mujer se paseó por toda la mesa, posando finalmente su atención sobre su hijo —. Y tú, DongMin, ¿qué opinas al respecto? Di algo.

DongMin, cómo detestaba ese nombre.

El mencionado se mantuvo unos segundos callado, pensando en qué palabras decir para no decir algo que podría considerarse incorrecto.

—Da asco —musitó, ganándose un asentimiento por parte de todos los oyentes —. Si se mudó fue porque seguramente no paraban de molestarle en la universidad. De hecho, yo también le molestaría, se lo merece por ser... así.

El chico casi siente ganas de regresar la cena, pero no por DongHyuck, sino por su propio comentario.

—Esa gente debería estar en la cárcel —el padre de DongMin finalmente habló, ganándose la atención —, lo único que hacen es pervertir a la gente.

DongMin miró fijamente a su plato, el cual estaba a nada de ser terminado. Jugueteó ligeramente con el tenedor y el pedacito de carne que le quedaba. Vaya, al parecer su familia lo odiaba y ellos aún no lo sabían.

Con una ligera reverencia pidió permiso para retirarse, lavó su plato sucio con algo de rapidez para luego dirigirse escaleras arriba a su habitación. Cerró la puerta al recargarse en ella, para luego soltar un suspiro.

Cómo lo odiaba. Odiaba que su familia le llamara por su nombre a sabiendas de que si se enteraran de todo se referirían a él como «maricón». Odiaba tener que sentir un dolor en la cabeza y un pitido que no parecía callarse con nada. Odiaba saber que si decía accidentalmente algo de más se ganaría el completo desprecio de su familia. Y odiaba a Yoon SanHa por ser el causante de aquello.

Aquella noche lloró de nuevo, aunque no tan fuerte como otras veces, simplemente quería manifestar su impotencia a través de las lágrimas.