-¡Quiero estar sola!-grité.
-María, por favor...-volvió a decir Álvaro.
Me dio pena y fui a abrir la puerta. Él puso cara de sorprendido y me abrazó sin pensarlo dos veces. "Tranquila, mi niña", me susurraba de vez en cuando. Yo finalmente me separé de él y nos sentamos en mi cama y le miré unos segundos a los ojos.
-¿Tú me entiendes?-dije derramando otra lágrima.
-Claro que te entiendo.-dijo él secando la lágrima.
-Es que no te voy a decir que no los haya echado de menos... Por que evidentemente, siempre he echado en falta a una madre a quien contarle mis cosas y que me explique que hacer cuando me viene mi primera menstruación y a un padre para que me regañara y me arreglara la bicicleta.-dije haciendo una pausa.-Pero ahora que han vuelto, después de irse teniendo una hija de 3 años y dejándola sola, no sé si quiero perdonarles.
-María, en esta vida no puedes ser rencorosa, si no te perderás muchas cosas por no saber perdonar... Te lo digo por experiencia. Así que yo que tú, me secaba las lágrimas, sacaba una sonrisa y bajaba a darle un abrazo a mis padres.-dijo acariciando mis nudillos.
-Tú lo dices porque no te ha pasado a ti, si te llega a pasar a ti, seguro que eres un puto orgulloso y no lo harías. Pero claro, tú no has sufrido lo que he sufrido yo.-dije levantándome.-Así que no me lo digas como si fuera tan sencillo todo, porque no lo es.
-Yo sólo intentaba ayudarte, ¿pero sabes qué? Quédate con tu orgullo y volverás a quedarte sin padres, ¡ah! y sin novio, porque no tienes que pagar conmigo tu mierda de vida, ¿vale?-dijo empezando a gritar.-Así que no me llames, no me busques, nada. ¿Está claro?
-Pues nada, te aplaudo, ya has tenido otra puta más detrás de ti, ¿no? Eso es lo que querías, ¿verdad? No hace ni una hora que me pediste que fuera tu novia y mira. Ya veo la importancia que tiene para ti una novia y cuanto me quieres... Pues ala, vete, porque viendo estas actitudes tuyas, yo tampoco quiero verte más.
-Adiós.-dijo cruzando mi puerta.
_NARRA ÁLVARO_
Salí de su habitación, enfadado, y mucho. Bajé y vi como sus padres se giraban para mirarme, con la esperanza de que les dijera que María iba a bajar. Se me partió el alma al verlos así. "He hecho lo que he podido", dije antes de irme de esa casa. Al cruzar la puerta, cogí mi moto y conducí al máximo de velocidad, creo que nunca había llegado a los 200 km/h de mi moto. Ya eran las 21:00, así que decidí ir a una discoteca, necesitaba desahogarme. Entré y fui a la barra, a pedirme lo primero que me pusieran. Empecé a beber sin parar. Vi a una chica que me estaba haciendo ojitos y yo le guiñé el ojo. Ella vino hacia a mi y la cogí de la cintura para pegarla a mi. Le manoseé el culo y después le metí mi lengua hasta la campanilla. Noté como se estaba poniendo cachonda y bebí otro chupito que tenía ahí y la cogí de un brazo hasta llevarla a los baños. La levanté a horcajadas de mi y metí mis manos por debajo de su mini vestido. Ella me bajó los pantalones y yo comencé a subir su vestido. Que buen ojo tengo, está buenísima la chica ésta. Después me bajé los calzoncillos y ella su ropa interior de abajo. Y pasó lo que tenía que pasar entre un borracho y una chica demasiado suelta. En mi mente aparecía María, pero intentaba quitarmela de la cabeza, tenía que olvidarme de esa niña pija, Miré a la cara de la chica con la que lo estaba haciendo y me imaginaba a María. Qué obsesión, para de imaginártela. Al rato, salimos del baño y me volví a ir a la barra a beber. La chica vino detrás de mi, quería más, pero yo no. "Déjame en paz", le grité. Ella, furiosa, me dio una bofetada en la cara. "Hija de puta", volví a gritarle. Seguí bebiendo más y más y más...
_NARRO YO_
Me había quedado destrozada después de esa conversación con Álvaro. ¿En serio mi primer novio sólo me había durado una hora? No podía creer que me tratara así, yo pensaba que me quería, aunque no me lo dijera.
Decidí hacer caso a Álvaro y bajar abajo con mis padres y mi prima.
-Hola...-dije mirando al suelo.
-¡Mi niña!-dijo mi madre abrazándome.
-¿Que tal, hija?-dijo mi padre sonriendo.
-Lo he estado pensando y bueno, supongo que tendré que daros una oportunidad...-dije finalmente.
-¡No sabes cuanto me alegro!-dijo mi madre. Mi padre me abrazó.
La cena ya la había preparado mi prima, así que nos sentamos a comer todos. Durante la cena me estuvieron explicando que habían estado haciendo estos años y yo les expliqué cosas de mi vida. Fue bastante agradable y estaba feliz de tener una familia. Al terminar, me despedí, diciendo que me iba a dormir ya que mañana tenía clase.
Subí a mi habitación y antes de meterme en la cama, llamé a Álvaro. Le llamé tres veces y no me lo cogió, mis lágrimas volvieron a caer. Sin querer pensar, me metí en la cama hasta que me dormí.
A las 4 de la mañana, escuché cómo mi móvil sonaba. "¿Quien será a estas horas?" pensé. Fui a mirar la pantalla. "Álvaro te está llamando".
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Ni contigo ni sin ti
Teen FictionMaría es una chica de 17 años que no cree en el amor. Lo que no sabe ella es que algo, o mejor dicho, alguien hará que cambie de opinión. Aunque hasta eso, pasará por varias cosas que le harán dudar más aún del amor.