Capítulo 3

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-Sabes perfectamente lo que quiero.-dijo Torres acercándose.

-Ya tenemos el dinero.-miré a María, que me miraba asustada.-Lo tienen mis amigos, están dentro del pub.

-¿Que dinero, Álvaro? ¿Que dinero? ¿Que es todo esto?-chilló María.

-Tú cállate, joder.-le dije. En verdad no quería hablarle así, pero estaba muy tenso.

-Que nenita más linda... ¿Me la prestas esta noche?-dijo Torres acercándose a María.

-Ni se te ocurra tocarla. Vamos dentro y te damos el dinero.

-Como no sea verdad que tenéis el dinero, mato a la nenita.

Miré a María intentando tranquilizarla, no tenía por qué ver todo esto.

Entramos dentro y Dani le dio el dinero, los que iban con Torres empezaron a contarlo. Yo rezaba para que estuviera todo. "Correcto", dijo un hombre alto y fuerte.

-Así me gusta. Un placer trabajar con ustedes. Adiós, nenita.-dijo mirando a María.

Y se fue.

_NARRO YO_

Empecé a llorar desconsoladamente. Álvaro vino para consolarme, pero le empujé para que no me tocara.

-No me toques.

-Intentaba protegerte.

-Mira, no me gusta nada todo esto. Así que no me hables, no me llames, no me escribas.

-Eso me será fácil. Lo superaré.

Me dijo mientras ya me iba. Que desagradable es a veces, con lo bien que se porta otras...

Pasó una semana y no supe nada de Álvaro, estaba tan irritada... Decidí ir al parque donde siempre está con sus amigos. Me adentré para buscarlo y vi a Dani y Blas. 

-Chicos, ¿donde está...?-no terminé la frase, ya que vi a Álvaro liándose con una chica rubia.

Álvaro al escucharme paró de besar a la chica y me miró. Yo bajé la mirada al suelo. Vi como le susurraba algo a la chica y vino hacia a mi. Me cogió del brazo y me llevó a un sitio apartado dónde no había nadie.

-Me alegra que me echaras de menos.-dijo sonriendo. Que imbécil es y que sonrisa más bonita tiene.

-Sabes que no. Lo que si, es que quería pedirte disculpas por cómo me comporté esa noche, aunque pienso que no debiste llevarme fuera y ver lo que tuve que ver.-me miraba a los ojos, con una mirada muy penetrante. Tenía los labios rojos, sería de la rubia tonta con la que estaba, pero lo veía muy sexy.

-Llevas razón, pero no pretendía que vieras eso, te lo aseguro. No quiero meterte en la vida de mierda que tengo.

-Pero puedes salir tú de ella...-dije mirando al suelo.

-No es tan fácil.-dijo acercándose a mi. Me cogió de la barbilla para que le mirara. Lo tenía a centímetros, notaba su respiración.-Pero te prometo que algún día saldré.

-No te acerques tanto.-dije separándome de él.

-¿Te pongo nerviosa?-me dijo guiñándome un ojo.

-Idiota.-dije dándole un codazo. Él mostró cara de dolor, pero no le había dado fuerte. Reí.

-¿Vienes a mi casa?-me dijo con una mirada sincera.

-No creo que sea buena idea...

-Sólo para hablar, por favor.-me dijo con cara de cachorrito.

Me convenció y me llevó en su moto hasta su casa. Me encantaba ir en su moto, me daba el aire en la cara y me hacia sentir bien. Al llegar a su casa, pude contemplar que era pequeña, estaba hecha un desastre y bueno, no muy bien cuidada. Nos sentamos en su cama.

-¿Hacemos el juego de 20 preguntas cada uno?-propuse.

-Venga, acepto.-dijo con una sonrisa.

-Mi turno. ¿Esa chica rubia es tu novia?-dije sin pensar.

-No, sólo estoy con ella por diversión, no significa nada para mi.

-¿Y conmigo también estás por diversión?

-Si no me equivoco es mi turno, ¿no?-dijo con media sonrisa.-¿Tienes novio?

-No.-dije riendo. A él le contagié mi risa y acabó riendo también.

-¿Que es lo que te traes entre manos tan peligroso?

-No seas entrometida, no sabes lo que me jode eso de las chicas.-dijo tumbándose.

-Yo sólo quiero ayudarte.

-¡Pues no me ayudes!-gritó.

-Eres un imbécil, sabía que no tenía que venir.-dije levantándome.

-Espera...-dijo levantándose él también.-Lo siento, es que de verdad, no quiero meterte en ese mundo, lo hago por tu bien.

-Yo sólo quería saber más de ti e intentar ayudarte...-dije dejándome caer en su pecho.

-Lo sé, mi niña, pero no quiero meterte en problemas, eres demasiado inocente todavía.-dijo abrazándome. El abrazo duró varios segundos y luego me dio un beso en la frente.

-No quiero que hayan secretos entre nosotros.

-¿Como si fueramos novios, eh pillina?-dijo guiñándome un ojo.

-Tonto. Sólo que... Somos amigos y hay que tener confianza en los amigos, ¿no?

-Ah, ¿que tú y yo somos amigos?

-Bueno si no quieres, no...

-Boba.-dijo riendo.

-Me tengo que ir.

-Te llevo.-dijo poniéndose su chaqueta negra de cuero.

Sonreí y bajamos abajo. Me llevó hasta mi casa. Cuando llegamos, me ayudó a bajar de la moto, a lo cual le susurré un "gracias" en el oído. Él sonrió y se tocó la nuca con su mano derecha.

Entré a casa y vi que mi prima estaba leyendo.

-¡Hola! ¿Leyendo?-dije con una sonrisa.

-¡Hola, cielo! Sí, ¿y tú de donde vienes?

-Em...

-No me lo digas, estabas con Álvaro. Escuché la moto.-dijo sonriendo.

-Sí, bueno...-dije avergonzada.-¿Te molesta que pase tiempo con él?

-Para nada, lo único que ese chico creo que no tiene una vida muy limpia, pero mientras te trate bien a ti, no tengo problema.

Le sonreí y le dije que subía a darme una ducha y luego bajaría a cenar. Estuve todo el rato pensando en Álvaro, era tan adorable... Aunque a veces su humor cambiaba a uno muy agresivo y era lo que no me gustaba.

Sonó mi móvil, era un whatsapp. Cuando vi de quien era, sonreí.

"No le digas esto a nadie, que si no me llamarán cursi, pero... Te echo de menos. Buenas noches."

No puedo haber sonreído más. Álvaro Gango, el chico malo que no tiene sentimientos diciándome que me echa de menos, esto es para enmarcarlo.

Bajé a cenar y después subí arriba otra vez para irme a dormir. Me tumbé en la cama y cerré los ojos. De repente, escuché un ruido extraño que venía de fuera de mi ventana. La ventana se abrió. 

-¿Álvaro?

Ni contigo ni sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora