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ChanMin tenía que ir caminando a casa, a pesar de que algunos compañeros le proponían llevarla en sus carros, siempre se negaba. Ir en un mismo auto con hombres mayores, casados y que no paraban de mirarla con morbo la hacia sentir incomoda. Por eso prefería mil veces caminar o tomar el bus, estando en las calles de la Capital, se daba cuenta de los elevados precios de todo. La gente miraba con arrogancia y las luces la cegaban. En minutos donde pensaba sobre que haría una vez llegado al departamento, caía en cuenta que ya no estaba su madre para recibirla con comida hecha o una cálida ducha.

Era independiente. En un hogar vacío, donde ella se cuidaba a sí misma.

Saludo al portero y subió en el ascensor hasta llegar a su piso, caminó a la puerta 031, pero entonces se topo con una preocupada Señora Min.

-¡Chanie!-la llamó, acercándose.

-Señora Min, ¿Ocurrió algo? ¿Esta bien?

-Claro, claro, estoy bien. Solo necesito que me hagas un favor, cariño. -la mayor le caía muy bien, siempre fue amable y le daba porciones de comida para acompañamiento, le debía muchas.

-Lo que pida.-asintió.

-Verás, me acaban de llamar mi ex esposo, lo atropellaron.-por una información tan abrupta, quedo boquiabierta- Pero esta bien, no te preocupes. Solo necesito ir a verlo, mientras tanto, necesito que alguien se quede en casa por unas dos horas en lo que vuelvo. Ni siquiera he llegado a cocinar para mi hijo.

-¡Lo haré!-acepto- Cuidare a su hijo, Señora Min. Vaya tranquila.

Cuando la mujer tomó su bolso y salió corriendo, fue que entró al departamento, conociendo este por primera vez. Era como el suyo, solo que tenía una decoración bastante diferente, con cuadros en las paredes y jarrones que se veían costosos. Se preguntó de qué trabaja la Min, parecía alguien de dinero, pero su amabilidad le hacía notar que no era como la gente de Seúl, arrogante o maleducada. Al contrario, era cariñosa.

Se quitó los tacones y suspiró, caminando por la sala, dejó su bolso sobre el sofá para buscar la cocina del lugar. Una vez allí, vio las cosas estando por ser preparadas, al parecer iba a hacer curry, pero ella no tenía ni la más mínima idea de como hacerlo, así que cambió el menú por unos paquetes de Ramion. Cuando dejó los fideos en el agua, se propuso conocer al fin al hijo de su vecina. Le había hablado un poco de este, al parecer era un adolescente en su último año de preparatoria, cursava en casa y apenas salía de la habitación. «Es un Friki» Llegó a esa conclusión.

-YoonGi...-golpeó la puerta de su habitación, esperando a que saliera. Pero no hubo nada, preocupada volvió a llamarlo, y nuevamente, fue ignorada- ¡YoonGi, soy ChanMin la vecina! Tú madre dijo que sabías de mi, vine a cuidarte en lo que ella viene.-tal vez era vergonzoso para él ser cuidado por una joven teniendo su edad- Sé que es algo tonto porque prácticamente eres mayor, pero tu madre te quiere mucho y no le gusta que no comas. Así que sal, te prepare Ramion, ¿Te gusta el ramion?

Hablaba con la pared. Gruño cuando el adolescentes se rehusó a salir. No tuvo más opción que terminar la comida y dejarla sobre la mesa, se sirvió un poco, sabía bien, pero estaba inconforme. ¿Por qué YoonGi no salía de su cuarto?