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—¿Fuiste a la policía?

—Claro que lo hice, pero dijeron que no iban a hacer nada porque no fui atacada directamente.—con un bufido saliendo de sus labios cruzó sus brazos sobre su pecho.

TaeHyung negó, bebiendo de su común americano. Se sentía frustrado por no poder ayudarla tanto como quería, seria bueno darle una mano, después de todo ChangMin se había convertido en más que una compañera de trabajo, la consideraba una buena amiga con quien charlar sus problemas habituales. Que este pasando por algo así, más que acoso, lo llenaba de pena. Pese a eso, su poder no era mucho como para solucionar el problema inicial, por suerte encontró las cámaras antes de que se hiciera más enferma la situación.

Al ser la chica una persona con un atractivo grande, era obvio que miles de hombres lucharían por su amor, pero... ¿Acosarla a ese nivel obsesivo? Se estremecia con solo imaginarlo.

—¿Y tus padres ya lo saben?

—No he podido decírselo a mamá o a oppa, estoy segura de que me harán volver a mi ciudad sin darme permiso a objetar. Por más que sea una adulta ellos dicen que mi bienestar esta primero.

—Tienen razón, ChangMin. Es un caso serio de acoso, alguien entró a tu hogar y puso esas cámaras mientras dormías.—se sentó en su silla giratoria y la observó seriamente— No puedes estar tan tranquila, ¿Y si te hace daño?

—Primero, para que entrara a mi departamento la puerta debe haber sido formazada si es que no conoce de mi clave, por ende, las cámaras ya estaban desde que llegué. En las primeras grabaciones estoy yo dejando las cajas, y una semana después es donde entra él. No forzó la puerta, aprovechó las cámaras para saber el código y luego entrar sin obstáculos. Y segundo, no me hará daño si lo encuentro antes.

—¿Pero cómo podría dejar las cámaras antes? ¿Él ya sabía que ibas a mudarte? —su ceño se frunce con preocupación.

—No lo sé...

—Es alguien del edificio.—sus palabras salen sin duda, los ojos de la peliengra se agradan con sorpresa— Piénsalo, no hay registro de extraños ingresando, ni en el ascensor o en cerca del portero. Y para saber que te estabas por mudar, debe haberlo escuchado de alguien encargado.

—Pero TaeHyung, aún así, ¿Por qué lo haría? No he hablado con nadie.

—¿Con nadie?

—Bueno, exceptuando la Señora Min, pero ella es diferente. No creo que hiciera algo así. Digo, no tiene razones.

La joven se encontraba confundida, no entendía porqué alguien la observaria a toda hora. Tenía miedo, miedo de que la hieran estando en su propio hogar.

—No cabe duda de que fue un hombre, un degenerado. Lo mejor sería que desconfíes de todos los de tu edificio, y en lo más pronto te mudes.

—¡No, no puedo!—negó frenética— Mi hermano es quien me ayuda a costearlo, si se entera que me mudo seguramente me hará muchas preguntas o hasta se enoje conmigo. No quiero darle una mala imagen.

TaeHyung suspiró.

—Bien, pero sigue lo que te dije, no confíes en nadie.

En nadie.