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ChanMin se hallaba pensativa, con la curiosidad naciendo a cada instante en su interior

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ChanMin se hallaba pensativa, con la curiosidad naciendo a cada instante en su interior. Incluso estando en horas de trabajo, en su cabeza pasaban hipótesis, quería saber la razón por la cual aquel niñato se rehusaba a salir de su habitación, o a si quiera hablarle. No esperaba que sea de ese estilo, no teniendo a una madre tan atenta como la Señora Min. ¿Y si no todo era como aparentaba? ¡Mierda! Ya parecía una conspiradora, tal vez estaba siendo demasiado entrometida en cosas que no le incumbian.

Pero, ¿Qué pasa si le da intriga saber como se ve el Min? Puede que sea deforme, con alguna herida en el rostro que lo haga ocultarse en su oscura habitación. En Corea algunos adolecentes se encierran en sus cuartos para no salir más, fundidos en la depresión y la vergüenza. ¿Era eso? ¿Tenía un cuadro depresivo?

—¿En que tanto piensas? —una ronca voz a su costado la hizo despertar de sus pensamientos exhaustivos. Hizo su silla hacia un costado para quedar frente a él, TaeHyung bebía como siempre su americano mientras se balanceaba de un lado a otro— Pareces preocupada.

—No es nada.—negó, avergonzada de estar perdiendo tiempo en algo tan irrelevante como la vida de un niño.

Su hermano le diría que es una tonta por ser tan curiosa, desde joven era así, en realidad, su primer sueño era ser una Detective famosa como Sherlock Holmes, tener que descifrar crímenes en su ciudad y ser aclamada por todos. La realidad fue dolorosa, le había hecho bajar de su fantasía para ir hacia lo más seguro, ser una empleada normal en una empresa reconocida, tener buen dinero y puede que algún día casarse para más tarde llegar a tener hijos que la odien por ser estricta. Era el ciclo de la vida.

El Kim no quedó complacido por sus palabras en un intento de ignorar todo lo que la perseguía, así que no dudo en acercarse más, ChanMin retrocedió en su silla giratoria y sonrió, a veces le daba gracia como un adulto podía ser tan infantil.

—¿Segura?—preguntó— Te vez como si estuvieras a punto de ir al baño luego de días.

—¡Hey!—golpeó su hombro, avergonzada— No digas ese tipo de cosas, tonto.

—Al menos funciona para que te relajes.—sus comisuras se elevaron para mostrar una sonrisa.

La joven rió, siguiendo atras él.

—A veces olvido lo ridículo que eres.

—Yo lo llamaría: "Ocurrente". —acotó, pero al recordar algo se levanto de su silla y apagó el ordenador, con su vista clavada en el reloj de su mano suspiró— Ya es la hora de salida.

ChanMin levantó la vista a su alrededor, y era verdad, la mayoría tomaba sus cosas para comenzar a irse a casa. No se había percatado de la hora, a penas terminó el trabajo por estar tan distraída, no tenía más opción que quedarse horas extras hasta terminar todo. Odiaba ser impuntual, pero no le quedaba de otra. El hombre tiro su embase vacío y tomó su maletín.

—¿Vamos?

—Me queda esto último, iré más tarde.

—Déjalo para mañana, nadie lo notará.

—No me gusta ser impuntual, me comprometo con mi trabajo.—alegó.

TaeHyung sonrió, cada vez se encantaba más con esa chica. Decidido se volvió a sentar en su silla y dejó el maletín de lado.

—¿Qué haces?

—No dejaré que estés aquí sola, ni mucho menos vayas a casa tan tarde. Te haré compañía.

Era, por más tomó que sonará, algo muy lindo.

Era, por más tomó que sonará, algo muy lindo

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