Malfoy & Granger © ||DraMione||

2: Sexy Rubio De Ojos Preciosos

— Estúpido Malfoy — susurro mirando por mi ventana hacia su balcón que estaba junto al mío.

Ese niño idiota era mi vecino de apartamento, no dejaba dormir, su cama golpeaba mi pared cada noche. ¿Es que no se cansaba de follar?
Ni siquiera yo hacía tal escándalo.

Hace una semana el arruinó una confesión de amor que Blaise me estaba haciendo en la cafetería. Ese idiota se metió y terminó por ordenar que nadie se me acercara o sufriría su ira. Apaleó a mi pobre moreno, desde entonces ningún chico del campus tiene el valor suficiente para tratar de ligar conmigo.

El zopenco de Malfoy no ha intentado nada conmigo, se la pasa follando día y noche en su habitación. ¿Por qué me arruina si solo va a ser indiferente? Maldito enfermo. Quizás debería de transferirme a la universidad de Princeton, donde nadie me conozca. Con mi excelente promedio sería más que fácil.

Los golpes sin más fuertes y me harta — ¡Para de follar! ¡Puto Malfoy!

Grité para desahogarme, acto seguido se calma el ruido de la pared y mi puerta suena. Así que optó por ponerme la bata sobre el pijama para que ese tarado no se burle de mi camisón de abuela.

— ¿que? —preguntó molesta.

— No estoy follando, Granger — dice malhumorado.

No puedo negarlo él es un sexy rubio de ojos preciosos que está sudoroso y da asquito, pero solo usa un short que deja a la vista toda su piel musculosa y brillante... Podría tener un orgasmo con solo mirarlo.

— parece que tú eres la que quiere follarme. — me dice en un tono divertido y se señala inocente.

— Bueno, no todos los días los chicos se parecen casi desnudos en mi puerta. — uso un tono sarcástico — además tú y tu ruido interrumpen mi... Actividad.

Entonces él es quien me aprecia de arriba a abajo, mi cabello siempre es un matorral y mi bata rojo pasión parece sorprenderlo.

—¡interrumpiste mi entrenamiento para hacer un trío! — exclama acusador, se mete en mi habitación cerrando la puerta para revisar todo como algún perro sabueso, husmeando cada rincón del armario y mi cama. — ¿acaso solo quieres hacerlo conmigo?

— Cállate prostituto, tu eres el que estaba follando, todo ese movimiento que haces al golpear mi pared y tus suspiros son demasiado para mí. Cada noche es lo mismo. — Reclamo — Y no, yo no follo en la universidad. Para eso están los hoteles... Por cierto te recomiendo el que está a dos cuadras de la universidad. Así me dejarías en paz.

Me observa con sorpresa — ¿Crees que tengo tiempo para follar? Soy el capitán del equipo de rugby. Entreno cada músculo que tengo. Hoy estoy practicando boxeo, no follando.

— No tienes derecho. — exclamó molesta. — de alguna manera te metes en mi vida, me has espantado a los novios desde que Harry falleció.

— Tu hermano me pidió que no te dejara en manos de pervertidos y ninguno de esos zoquetes tenía cerebro para hacerte feliz. — Se cruza de brazos y observa la pared donde reposa un foto donde Harry, Draco y yo, donde sonreímos a la cámara.— Quiero que seas feliz, no que se aprovechen de ti, que te amen como te amo. Y que te respeten día con día.

— Idiota. — mis mejillas se tornan rojas. — no me confieses tus sentimientos así.

Ríe de mi rostro. — Desde que te conozco siempre te lo he dicho. Hasta tu hermano lo aprobaba.

— ¡Hombres! Siempre secreteándose. — Suspiró enojada. — Creí que era un afecto de hermanos.

— No eres ni hermana. — Dicho eso me besa.

Bien, creo que ya tengo con quien salir.