Malfoy & Granger © ||DraMione||

5: This Town

Hermione Granger guardó todas sus pertenencias dentro de una maleta con ayuda de su magia, dejó los retratos donde posaba con Ronald.

Iba a huir para no casarse, apenas tenía 25 años y a este paso a los 26 tendría su primer hijo. Había mucho por explorar en el mundo mágico.

Ginny y Harry ya tenían a su hijo, James, un pequeño adorable. Por la mirada de anhelo de su novio pelirrojo —además de haberlo escuchado hablando con Harry para comprar un anillo — sabía que si no huía hoy, jamás estaría junto a su gran amor y amante.

Tomó a Croockshanks para marcharse por la chimenea rumbo a Malfoy Manor. Cerró los ojos y pensó: "Adiós Ron".

— Tus amigos pensaran que te embrujé — Draco Malfoy, su amante la estaba esperando con una enorme sonrisa. Iban a huir a París.

Su gato fue el primero en ir a saludar, se bajó y le pasó la cola por las piernas rubio.

— Yo también creo que me has embrujado. — Hermione dejó a un lado la maleta para besarlo. — Quizás se enojen pero algún día me van a perdonar.

— Sí claro, Potter y yo terminaremos viendo el partido de Quiddicth de nuestros hijos mientras lo comentamos como mejores amigos. — Respondió con sarcasmo el rubio mientras acariciaba las mejillas de su amada.

— Ya sabes nuestro trato — Hermione lo miró con intensidad. Se habían prometido tener hijos a los 30.

— ¿y tú crees que Potter tendrá un solo hijo? Buscará tener un descendiente pelirrojo como su madre. Ya sabes lo Edipo que ha resultado. — Draco se burló.

Ella esbozó una sonrisa, le gustaba cuando su amado analizaba a su amigo. — Pues yo no voy a parar hasta tener un hijo castaño.

— Entonces seremos una familia tan numerosa como los Weasley — Río el rubio.

— Tus perfectos genes no dejaran que sean parecidos a la sangre sucia de tus sueños. — Hermione hizo mohín.

— Quizás no, pero puede que tengan un matorral por cabello, algo que los hará especiales.

Ambos tomaron sus maletas y al gato, para irse por la chimenea a un lugar mejor. Dejarían esa ciudad atrás, se iban lejos para ser felices. Una casa en París.

Dos meses después salió la noticia en un tabloide francés "la Heroína británica de la guerra mágica, Hermione adopta el apellido Malfoy".

El resto de la nota mostraba fotografías de la pareja.

— ¡se fue con ese mortífago! — Ron gruñó cuando la revista local mostraba la noticia. — Me dejó...

Harry no sabía que decir para consolar el llanto de su amigo, se encontraba tan sorprendido que no conseguía decir palabra. Su amiga se veía tan feliz con el hurón, mostraba una hermosa sonrisa. Con Ron siempre había un ceño fruncido y enojo.

Ginny le había dicho que si amiga se marchó con el rubio, pero no le creyó... Ahora... ¡Vaya! Tenía razón.

Años después

Un pequeño rubio de 11 años iba rumbo a un compartimento vacío. Hacía una semana que había llegado a Londres. Conoció la mansión de sus abuelos... Pero nada en lo que refería a su madre... Parecía no tener a nadie.

— ¿puedo pasar? — preguntó al mirar dentro de un compartimento, había una niña pelirroja, de ojos color verde esmeralda. Ella asintió lentamente, así que el empujó a su búho y su baúl dentro. — Hola, Soy Scorpius Malfoy.

— Lily Potter. — Ella le dio la mano y ambos rieron al ver una pequeña chispa. — Es la Estática.

— Se produce cuando en un cuerpo cuando existen cargas eléctricas en reposo. — Habló él por inercia, no podía evitar demostrar sus conocimientos.

— Mi papá tenía razón, eres tan inteligente como tu madre — Ella sonrió. — eso me gusta.

— Y tú eres muy hermosa como la flor que lleva tu nombre...

— También eres muy galante como tu padre. — Lily le sonrió con un leve sonrojo en las mejillas.— Espero ser Slytherin para ser tu amiga.

— Ya lo somos...

Draco y Harry terminarían siendo consuegros en el futuro, algo que no tomarían con gran entusiasmo.