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Más tarde, cuando sonó el timbre, ____ tuvo que respirar profundamente para calmarse. Estaba furiosa con Harry por enviar a un especialista en sistemas de alarma, pero no pensaba dejar que Harry Styles le estropease una exposición de arte a la que le apetecía mucho ir... —Buenas tardes, ____. Ella se quedó helada. El hombre que estaba en la puerta no era Phillip. No, aquel hombre emitía un atractivo sexual tan potente que el aire parecía cargado de electricidad. Con un pantalón oscuro y un polo gris que se amoldaba perfectamente a su torso, tenía un aspecto informal, juvenil, absolutamente seguro de sí mismo. Un hombre con el que cualquier mujer se sentiría orgullosa de salir. Cualquier mujer salvo ella, claro. —¿No vas a invitarme a pasar? —sonrió Harry, entrando sin esperar invitación. —¡Cómo te atreves! —¿Cómo me atrevo a entrar en tu casa? Pues anoche no te importó... —Me refiero a la alarma. —¿No te la han puesto bien? —La han puesto estupendamente, pero yo no te he pedido que me instalases una alarma. —Pensé que un sistema de alarma en toda la casa sería lo más conveniente... —¿Tú pensaste? ¿Y por qué tienes tú que pensar lo que hay que poner en mi casa? —Ya te dije que lo pagaba la empresa. —No es por el dinero —replicó ____, apretando los dientes. —¿Ah, no? Entonces, ¿cuál es el problema?

—Ésta es mi casa, Harry. Mi vida privada. Y tú no tienes por qué meterte en ella. No tienes ningún derecho a estar aquí ni a mandar a nadie para que instale nada. En realidad, ni siquiera es mi casa. Vivo de alquiler. —Por favor, ____, no es para tanto. Eres la prometida de Phillip y él quiere que estés segura. —¿Phillip sabe lo de la alarma? —Como ahora eres su prometida, yo lo sugerí y él estuvo de acuerdo. Es muy normal que un delincuente vuelva a intentar robar en la misma casa. Tenías que poner una alarma o mudarte. —¿No me digas? ¿Y dónde debería irme? —¿Qué tal a casa de tu prometido? ____ tragó saliva. —Phillip y yo no hemos hablado de eso todavía. —Eso es lo que me dijo él. —De todas formas, ni Phillip ni tú tenéis derecho a decirme lo que debo hacer o dejar de hacer en mi casa. Y en cuanto llegue pienso decírselo... —Pues entonces vas a tener que esperar un rato. Porque no va a venir. Me ha pedido que te lleve a la exposición. Por lo visto, no se encuentra bien. A ____ le dio un vuelco el estómago. No quería ir a la exposición con Harry. Maldito Phillip por ser tan egoísta... Estaba empezando a pensar que elegir la salida más fácil era una de las debilidades de su supuesto prometido. —¿Por qué no me ha llamado para decírmelo? —Me ha dicho que te ha llamado un par de veces, pero estabas comunicando. —¡Porque estaban conectando la alarma! Bueno, da igual. Si Phillip no viene a la exposición, yo tampoco voy. —Pero me ha dicho que uno de nuestros clientes lo invitó expresamente... —Sí, bueno... pero no sería lo mismo sin él. Seguro que el cliente lo entenderá. —Puede que él sí, pero yo no. Esto es parte del trabajo, ____. Míralo como un pago a cambio de la alarma. —Quizá debería ir yo sola... en nombre de la empresa. No tienes que perder tu tiempo un sábado por la tarde. —No es una pérdida de tiempo. A mí también me gusta el arte —sonrió Harry.

¿Podía pasar unas horas con él y sobrevivir?, se preguntó ____. Por lo visto, no iba a tener alternativa. Pero después de saludar al cliente saldría de la exposición en cuanto le fuera posible. Una hora después, Harry y ella paseaban por la galería de arte comentando los cuadros. Harry se había mostrado encantador con el cliente tanto que incluso ____ tuvo que sonreír varias veces. Claro que siendo un famoso mujeriego lo lógico era que fuese simpático. Así era como ese tipo de hombre se llevaba a las mujeres a la cama. Y, a juzgar por las miradas de las mujeres con las que se cruzaba en la galería, Harry Styles podía elegir. Sí, Harry sabía cómo seducir a una mujer. Pero no a ella. —Me gusta este cuadro —dijo él entonces deteniéndose frente a una tela— Es muy evocado; ¿no te parece? —Pues... sí, la verdad es que sí. De hecho, es uno de mis favoritos. Lo vi una vez en un libro de arte. —Pero no esperabas que tuviéramos los mismos gustos, ¿verdad? —sonrió Harry—. Pues yo creo que tenemos más en común de lo que crees. —Sí, a Phillip, por ejemplo. —Ah, Phillip. Siempre lo tendremos en común, ¿no? Dime, ¿por qué es tu cuadro favorito? —No lo sé, quizá porque personifica el espíritu de los pioneros. Parece decir que es posible saltar cualquier obstáculo... —¿Te gustan los retos? —Me gustan ciertos retos —contestó ella. —A mí también. Si alguien me dice que no puedo hacer o tener algo, entonces es cuando más lo deseo. Y la deseaba a ella. No había necesidad de decirlo en voz alta. —Pues entonces será mejor que te acostumbres a la desilusión —replicó ____, sabiendo que su instinto no la había engañado en absoluto.

Seductora Venganza |Harry Styles|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora