Nada es a prueba de fallas y nada suele salir como lo deseamos al 100%. Para Jean esa es la constante de su vida, a sus 36 años, con un hijo de 6 y con una empresa en pleno intento de desarrollo nunca ha tenido tanto que afrontar como lo que acaba de descubrir.
Fuera de su puerta su mejor amiga y confidente Samantha esta mordiéndose las uñas y tirándose los cabellos, ¿Por qué no se le ocurrió lo que podía desencadenar aquella noche?
¿Y cómo llegamos a este punto? pues retrocedamos un mes atrás aproximadamente.
Tras la cena que tuvieron James y Jean en aquel pomposo local, el cual al siguiente día cambio de Maître,pues el dueño del restaurante era el propio ingeniero y tras apreciar la desagradable forma en la que trato a la dama ese individuo, decidió que esas actitudes no convenían a sus negocios, pues la exclusividad no implicaba degradar o humillar a quienes no considerasen aptos para ingresar al local, más bien él quería que la exclusividad fuese en el trato al cliente y la forma de hacerlo sentir tan especial que regrese por sentirse muy satisfecho por esa atención
Pero en fin después de esa noche Jean no volvió a ver a James, pero si firmaron el contrato de prestación de servicios de la compaña de la morena, el cual incluía la comida del CEO siempre que el la solicitase, a donde sea que la pidiese como una clausula especial de la cual ella sintió dudas inicialmente pero al ver la mirada de suplica de James, simplemente no tuvo corazón para negarse.
Las primeras dos semanas fueron muy duras y exigentes para Jean, requirió prepararse para la logística de lo que implicaba aquel contrato, tuvo que contratar personal para diversas áreas, adquirir camiones extra, ampliar la cocina, mil cosas a la vez y ella en el centro orquestando todo el cambio y los detalles necesarios para atención de más de 1000 empleados entre los que constaban los administrativos y los de campo.
Pero Jean tenía todo plenamente coordinado y gracias a Dios su planificación y organización le permitieron poner en marcha el proceso rápidamente, comenzando con la atención a las compañías, tanto de James como de Lily, quien estaba más que feliz de ver en apuros a Jean y preocupado a su "Jimmicito", pero lo que más la divertía es que de esa forma su esposo no le pediría ir a cenar a fuera pues confiaba que le gustaría tanto la comida de la simplona esa, que volvería adicto a la misma y ya no la molestaría más.
Y no se equivoco, una vez que todo estuvo en marcha James pudo probar la comida de su dulce morena y quedo encantado con el sabor.
Sus empleados, aun los directivos, estaban muy contentos con la calidad de la alimentación, la variedad de los platos, la frescura de la comida, a la pobre Jean le faltaba tiempo al día para tener todo listo pero más que nada era porque se sentía nerviosa de delegar las labores a otros.
Por suerte Samantha tenía vacaciones y le pudo dar una mano hasta que se pudiese organizar y preparar a algunas personas más para que se encarguen de varias de las áreas, eso si ella se encargaría de supervisar la calidad de todo, no permitiría que nada arruine su negocio, por lo que estaba exigiéndose mucho así misma estuvo muy cansada el primer mes, tenia tanto sueño pendiente que se quedaba dormida cuando se medio acomodaba en alguna superficie, lo que le paso un par de veces cuando había ido al tocador de su casa, para luego despertar a la mala forma
cuando su cabeza tocaba "levente" la pared tras el servicio.Sammy la había visto comer chile y salsa de tomate juntos, helado de chocolate con cobertura de trocitos de papas fritas, pero no le prestó mucha atención a eso..
No obstante, una mañana la oyó vomitar hasta el alma y cuando la busco en el baño la encontró hecha un mar de lágrimas, asustada se sentó junto a ella para consolarla sin entender qué diablos pasaba. Y tras una breve explicación de que acababa de darse cuenta de que su periodo no llegaba y sacando cálculos desde la única vez que estuvo con un hombre en el último año sintió si mundo derrumbarse.
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Un secreto imperfecto
Romance¿Qué harías si una noche de chicas, encuentras al hombre perfecto y le permites derribar tus barreras, dejando te arrastrar por el deseo? Creíste que él era perfecto?? Nadie lo es... Él tiene... Bueno ahora ya no importa lo que tenga, tú nunca debis...