El CEO

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Había logrado entregar todos sus pedidos a tiempo pero la bendita camioneta decidió complicarle el día dañándose, cuándo por fin logro llegar al edificio de CPA se sorprendió por la impresionante estructura de más de 30 pisos se sintió un poco cohibida, pero pensó en que esto era por su empresa y debía tomar valor y plantarse firme para poder proyectar seguridad ante el CEO de CPA.

Suspiró cansada, pero caminó por el vestíbulo hasta recepción, se identificó y subió por el ascensor con paredes de cristal hasta la planta que le habían indicado, los nervios a flor de piel, porque mientras más veía de este edificio más entendía el calibre del negocio en el que se estaba metiendo.

Llego hasta el piso del presidencia, observó un único escritorio una mujer algo mayor con una dulce mirada y pero muy seria. Se acercó a ella saludando - buenos días, ¿Disculpe es usted Martha la secretaria de presidencia?- consulto, pues temía haberse equivocado de planta. La secretaria asintió saludando con cortesía - Así es... ¿y usted debe ser la Señora. Baes?-

-Sí, pero llámeme Jean por favor- dijo algo sonrojada, pues se sentía fuera de lugar al ser llamada Señora por alguien mayor a ella, -realmente me disculpó por la demora, tuve un desperfecto en el vehículo y me retrasó, espero el Señor CEO me conceda aún unos minutos de su tiempo.

- Lo siento mucho Señora. Ba... Jean-se corrigió con una sonrisa suave ante la mirada expectante de la morena - Él acaba de salir a cenar- en el rostro de Jean se reflejo la decepción por segundos, pero como buena latina recursiva una idea iluminó su rostro.

De el fondo de su enorme bolsa de Doraemon típica en toda madre, sacó un Tupperware que contenía varias muestras de pastel que guardó para compartir con su hijo, pero esto era una emergencia así que con toda la inocencia que pudo reunir sonrió a la mujer, que arqueo una ceja con interés al ver el contenedor que tenia la morena en sus manos.

- Martha, soy una micro empresaria y entiendo que su jefe merece cenar en calma pero en verdad necesito entrevistarme con él, mira... prometo que si me adjudican el contrato de Catering de ésta empresa te enviare cada viernes un postre especial solo para ti... sin falta! Solo necesito saber a dónde cenara y yo haré el resto, obviamente no te comprometer de ninguna forma tienes mi promesa- dijo tratando de convencer a la mayor.

Está la miro entendiendo su desesperación y viéndose tentada por los deliciosos postres que le ofrecía la mujer, si bien no era un mal trato conocía a su jefe y el no se negaría a atenderla en la cena, es más le haría hasta compañía lo que tanto necesitaba el pobre pues había sido uno de esos días donde su abatimiento se notaba a kilómetros, pero eso Jean no lo sabía y negocios son negocios. Sonriendo internamente, Martha puso cara de angustia, mordiendo la uña de su pulgar en una especie de muestra de nerviosismo.

- Esta bien, pero no me metas en líos Jean- dijo como si se estuviera arriesgando muchísimo por ella, si tan solo la pobre Jean supiera que aún sin tan deliciosa propuesta ella le hubiera dado el dato. 😅

Salió del edificio sintiéndose una winner por haber conseguido la oportunidad de oro de hablar con el bendito CEO y sin mayor riesgo. Prácticamente voló al restaurante donde se suponía que el bendito presidente estaba cenando. Sentía su corazón en la garganta y los nervios atacándola le revolvían el estomago, justo ahora que necesitaba estar muy centrada hasta se llego a sentir levemente mareada.

Acomodo su ropa y se acicalo el cabello que traía todo alborotado por la carrera, con cuidado se puso algo de maquillaje, tomo unos zapatos altos que tenia guardados bajo el asiento del copiloto justo para este tipo de situaciones, trató de ponerse su mejor cara antes de salir del vehículo, el local se veía muy elegante, solo esperaba que el maître no se ponga pesado y no la deje pasar.

Un secreto imperfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora